UN CAMINO DIFICIL. PETAR STEFANOV ATANASOV 1º BCS

Había una vez un mono que vivía en una jungla húmeda y abundante en alimentos y toda clase de animales. Todos vivían en armonía hasta que un día unos gorilas llegaron y se hicieron dueños de la jungla a la fuerza. Estos gorilas se llevaron la comida y quemaron el poblado. Muchos animales perdieron la vida a causa de las enormes llamas y el espeso humo.
El mono sobrevivió de milagro, pero lo había perdido todo: hogar, familia, amigos...Estaba solo y andaba perdido. Se sentó al suelo y empezó a pensar. “Debo sobrevivir”, se decía, “debo empezar de nuevo en otro lugar”. Se levantó y empezó un largo viaje hacia el norte. “Se vive mejor allí”-se volvió a repetir.
Con escasos alimentos, con muchas horas sin poder dormir, pasando por tierra y por mar, huyendo de perseguidores, por fin llegó a un lugar que parecía estar bien – el bosque.
El bosque era un lugar tranquilo, con muchos árboles, diferentes animales y abundante comida. Había un río, lugares soleados y buenas sombras donde se podía descansar: era el lugar perfecto.
El mono, impresionado, se echó a llorar de alegría. Tanto viaje le había agotado pero al final había valido la pena. Se secó las lágrimas y rápidamente se puso a buscar comida.
Encontró un lugar ideal para comer y descansar.
El mono con su barriga llena, se echó a descansar. De repente, una voz fuerte y grave gritó:
-¡Maldito intruso! ¿Qué haces tú en mi territorio?
Era la voz de un oso, grande y furioso, que enseñaba los dientes.
El mono asustado echó a correr y el furioso oso tras él. El oso no tardó mucho en atrapar al mono dado que este estaba bastante flacucho.
-¡Ahora vas a ver!. ¡Te voy a despedazar!. ¡Vas a morir bicho raro, asqueroso! - amenazaba el oso.
-No por favor, tenga piedad de mi –respondió el mono llorando – yo no sabia que éste era vuestro territorio.
-¡No hay perdón!. ¡Acabaré contigo! - contestó con aun más rabia el oso.
-¡Alto ahí!-se escuchó una voz de fondo.
El oso giró la cabeza y vio a un viejo lobo acercarse despacio.
-¡Suelta al mono y déjalo en paz!-dijo con una voz firme el viejo lobo.
-¿Por qué no me obligas?-le contestó el oso con una voz burlesca.
El viejo lobo sacó los dientes y con un gran salto mordió al oso en la garganta.
Después de un buen rato luchando, el viejo lobo consiguió que su enemigo abandonara. Herido de muerte y sangrando, se tumbó al suelo.
El pobre mono corrió en ayuda.
-¿Está usted bien? ¿Por qué hizo esto? Yo se lo agradezco pero...
-Shsssh...-le dijo el lobo-demasiadas preguntas. Yo lo único que hice era ser fiel a mis principios. El fuerte ha nacido fuerte con el fin de proteger al débil, no parea abusar de él. Sigue este camino que ves. Ahí encontrarás mi casa. Es tuya. Rehaz tu vida y sé feliz.
Con estas últimas palabras, el lobo murió.
El mono, agradecido, le hizo una tumba y le enterró.
Años más tarde el mono empezó una vida normal y sin problemas, y todo gracias al viejo lobo.
CONCLUSIONES:
Nadie elige ni es culpable de dónde nace.

Lo que hay que hacer es tener empatía y ayudar al necesitado provenga de donde provenga.

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