La historia de Ada. Estefanía González Rodríguez 1º BCN
La Historia de Ada
Ada era una chica normal y corriente, tenía pensamientos corrientes, iba a un colegio corriente, sus amigos eran corrientes...
Tenía dieciséis años y una vida plena y feliz, quizás algo típica, pero feliz.
Sólo había algo que de algún modo perturbase tanta normalidad: su amor por la música.
Por las noches, Ada se encerraba en su habitación con lo necesario: un papel en blanco, un bolígrafo y su piano. Realmente agradecía tener esto, le hacía evadirse del mundo, desahogarse y pensar.
Una de esas noches, Ada tenía demasiadas cosas en la cabeza y no conseguía relajarse y componer. Esa misma mañana había presenciado como de camino al instituto unos chicos insultaban a Siham, una chica marroquí de su clase de música (sin muchos amigos, siempre se sentaba sola).
Los chicos metieron el móvil de Bruno, el cabecilla del grupo, en el bolso de la chica, para más tarde culparla de haberlo robado.
¡Ada lo vió todo! Pero cuando Bruno dijo que Siham había robado su móvil, ella no dijo nada. ''De todas formas no es mi amiga'', pensó. Además estaba colada por Bruno desde segundo y no quería que él se metiese en problemas.
¡Pero lo hizo deliberadamente!¡Ella vio a la perfección como Bruno metía su móvil en el bolso de Siham!
Realmente se avergonzaba de sí misma. ¿Cómo había podido dejar que culparan a Siham de todo eso?
-Como yo me sienta da igual. Han expulsado a Siham tres días y yo podía haberlo evitado- Se dijo.
Ada recogió el papel (todavía en blanco)y se fue a dormir en lugar de pensar en todo lo que la perturbaba.
Esa noche, quizás debido a todo lo que había ocurrido por la mañana, tuvo un sueño bastante raro. Soñó que se metía en una de sus partituras y las notas cobraban vida. Pero, ¡no lograba terminar la canción! ¡Las notas no querían unirse en el pentagrama!
– ¿Yo? ¿Pretendes que esta blanca vaya al lado de esa semicorchea? De ningún modo Ada, ¡debes ponerme lejos de aquí! Dijo un Fa con tono autoritario.
– ¡Pe..pero si vas ahí! Si te cambio a ti debo volver a componer la canción de nuevo! Dijo Ada algo asustada.
– Bah se nota que no sabes componer, si lo supieras pondrías a las corcheas con las corcheas a las blancas con las blancas y los silencios aparte, como debe ser. Le replicó.
Y justo en el momento en el que todas las notas comenzaban a gritarle, a empujarle y a tirarle claves de sol, Ada se despertó.
Al parecer, ese sueño le abrió bastante los ojos. Siham no se merecía eso y ella tenía que hacer todo lo posible para que la readmitieran.
Ada desayunó rápido, se vistió y se fue al instituto. Fue directa hacia el despacho del director, cerró la puerta y comenzó a contarle lo que vio.
El director no supo a quien creer, ya que, llamó a Bruno y sus amigos y ninguno confesó. Así que decidió readmitir a Siham pero no castigó a Bruno.
Ada se sentó a partir de ese día con Siham en clase de música y acabó odiando a Bruno por no tener escrúpulos y por ser un intolerante.
Creó un grupo en el instituto basado en la interculturalidad. Hacían pequeñas reuniones por la tarde en las que podía ir todo el mundo y así conocer otras culturas y otras formas de ver la vida.
Y así fue como Ada se dió cuenta de lo importante que es cada persona independientemente de su origen o religión.
Parece que al final todos somos como notas, notas que forman una gran partitura. Somos diferentes, pero esenciales para que la música suene.
Estefanía González Rodríguez 1ºCNT
The History of Ada
Ada was an ordinary girl, she had ordinary thoughts, she was going to an ordinary school, her friends were common ...
She was sixteen and a happy life, maybe a common life, but happy.
There was just something that somehow interfered with such normality: his love for music.
At nights, Ada locked herself in her room with the essentials: a blank paper, a pen and her piano. She was really grateful for having this, it made her evading from the world, hearing and thinking.
One of those nights, Ada had too many things on his mind and could not relax and write. That same morning she had seen in the way to school some guys insulting Siham, a Moroccan girl in his class of music (without many friends, she always sat alone).
The boys put the mobile of Bruno, the leader of the group, in the girl's purse, and later accused her of stealing it.
Ada saw it all! But when Bruno said Siham had stolen his mobile phone, she said nothing. "Anyway she is not my friend,'' she thought. She was in love with Bruno since the second course and did not want to put him in trouble.
But she did it deliberately! She saw perfectly Bruno putting his phone in the bag of Siham!
She was really ashamed of herself. How could she have let Siham being blamed for all this?
"As I feel I do not care. Siham has been expelled three days and I could have avoided it"She said.
Ada picked up the paper (still blank) and went to sleep instead of thinking about all that disturbed her.
That night, perhaps because of all that had happened in the morning, she had a very strange dream. He dreamed that she went into one of his music scores and notes came to life. But she could not finish the song! The notes on the scored wanted to join!
- Me? Do you mean to put that white goes next to me? Ada No way. Get away from here!, said an F with an authoritative tone.
- But .. but if you go there! If I change you I will have to re-write the whole song again! Ada said
- Bah, I see you don't know how to compose, if you knew you would put the cork with the eighth, whites with whites and silences aside, as it should be, it replied.
And just at the time that all the notes began shouting, pushing and throwing G keys, Ada awoke.
Apparently, that dream opened her eyes big enough. Siham did not deserve that and she had to do all at her hand so that Siham was readmitted.
Ada had a quick breakfast, got dressed and went to school. She went straight to the principal's office, closed the door and started telling what he saw the day before.
The director did not know whom to believe, as he called Bruno and his friends and no one confessed. So he decided to readmit Siham but he did not punish Bruno.
From that day, Ada sat by Siham in music class and ended up hating Bruno for having no scruples and for being such an intolerant boy.
He created a group in high school based on multiculturalism. They made small meetings in the evenings where everybody was allowed, and in this way they got to know other cultures and ways of seeing life.
And so it was that Ada realized how important every person is, regardless of his origin or religion.
It seems that in the end we are all like notes, notes that make up a large score. We are different, but essential to the music sound.
Estefanía González Rodríguez 1 CNT
Ada era una chica normal y corriente, tenía pensamientos corrientes, iba a un colegio corriente, sus amigos eran corrientes...
Tenía dieciséis años y una vida plena y feliz, quizás algo típica, pero feliz.
Sólo había algo que de algún modo perturbase tanta normalidad: su amor por la música.
Por las noches, Ada se encerraba en su habitación con lo necesario: un papel en blanco, un bolígrafo y su piano. Realmente agradecía tener esto, le hacía evadirse del mundo, desahogarse y pensar.
Una de esas noches, Ada tenía demasiadas cosas en la cabeza y no conseguía relajarse y componer. Esa misma mañana había presenciado como de camino al instituto unos chicos insultaban a Siham, una chica marroquí de su clase de música (sin muchos amigos, siempre se sentaba sola).
Los chicos metieron el móvil de Bruno, el cabecilla del grupo, en el bolso de la chica, para más tarde culparla de haberlo robado.
¡Ada lo vió todo! Pero cuando Bruno dijo que Siham había robado su móvil, ella no dijo nada. ''De todas formas no es mi amiga'', pensó. Además estaba colada por Bruno desde segundo y no quería que él se metiese en problemas.
¡Pero lo hizo deliberadamente!¡Ella vio a la perfección como Bruno metía su móvil en el bolso de Siham!
Realmente se avergonzaba de sí misma. ¿Cómo había podido dejar que culparan a Siham de todo eso?
-Como yo me sienta da igual. Han expulsado a Siham tres días y yo podía haberlo evitado- Se dijo.
Ada recogió el papel (todavía en blanco)y se fue a dormir en lugar de pensar en todo lo que la perturbaba.
Esa noche, quizás debido a todo lo que había ocurrido por la mañana, tuvo un sueño bastante raro. Soñó que se metía en una de sus partituras y las notas cobraban vida. Pero, ¡no lograba terminar la canción! ¡Las notas no querían unirse en el pentagrama!
– ¿Yo? ¿Pretendes que esta blanca vaya al lado de esa semicorchea? De ningún modo Ada, ¡debes ponerme lejos de aquí! Dijo un Fa con tono autoritario.
– ¡Pe..pero si vas ahí! Si te cambio a ti debo volver a componer la canción de nuevo! Dijo Ada algo asustada.
– Bah se nota que no sabes componer, si lo supieras pondrías a las corcheas con las corcheas a las blancas con las blancas y los silencios aparte, como debe ser. Le replicó.
Y justo en el momento en el que todas las notas comenzaban a gritarle, a empujarle y a tirarle claves de sol, Ada se despertó.
Al parecer, ese sueño le abrió bastante los ojos. Siham no se merecía eso y ella tenía que hacer todo lo posible para que la readmitieran.
Ada desayunó rápido, se vistió y se fue al instituto. Fue directa hacia el despacho del director, cerró la puerta y comenzó a contarle lo que vio.
El director no supo a quien creer, ya que, llamó a Bruno y sus amigos y ninguno confesó. Así que decidió readmitir a Siham pero no castigó a Bruno.
Ada se sentó a partir de ese día con Siham en clase de música y acabó odiando a Bruno por no tener escrúpulos y por ser un intolerante.
Creó un grupo en el instituto basado en la interculturalidad. Hacían pequeñas reuniones por la tarde en las que podía ir todo el mundo y así conocer otras culturas y otras formas de ver la vida.
Y así fue como Ada se dió cuenta de lo importante que es cada persona independientemente de su origen o religión.
Parece que al final todos somos como notas, notas que forman una gran partitura. Somos diferentes, pero esenciales para que la música suene.
Estefanía González Rodríguez 1ºCNT
The History of Ada
Ada was an ordinary girl, she had ordinary thoughts, she was going to an ordinary school, her friends were common ...
She was sixteen and a happy life, maybe a common life, but happy.
There was just something that somehow interfered with such normality: his love for music.
At nights, Ada locked herself in her room with the essentials: a blank paper, a pen and her piano. She was really grateful for having this, it made her evading from the world, hearing and thinking.
One of those nights, Ada had too many things on his mind and could not relax and write. That same morning she had seen in the way to school some guys insulting Siham, a Moroccan girl in his class of music (without many friends, she always sat alone).
The boys put the mobile of Bruno, the leader of the group, in the girl's purse, and later accused her of stealing it.
Ada saw it all! But when Bruno said Siham had stolen his mobile phone, she said nothing. "Anyway she is not my friend,'' she thought. She was in love with Bruno since the second course and did not want to put him in trouble.
But she did it deliberately! She saw perfectly Bruno putting his phone in the bag of Siham!
She was really ashamed of herself. How could she have let Siham being blamed for all this?
"As I feel I do not care. Siham has been expelled three days and I could have avoided it"She said.
Ada picked up the paper (still blank) and went to sleep instead of thinking about all that disturbed her.
That night, perhaps because of all that had happened in the morning, she had a very strange dream. He dreamed that she went into one of his music scores and notes came to life. But she could not finish the song! The notes on the scored wanted to join!
- Me? Do you mean to put that white goes next to me? Ada No way. Get away from here!, said an F with an authoritative tone.
- But .. but if you go there! If I change you I will have to re-write the whole song again! Ada said
- Bah, I see you don't know how to compose, if you knew you would put the cork with the eighth, whites with whites and silences aside, as it should be, it replied.
And just at the time that all the notes began shouting, pushing and throwing G keys, Ada awoke.
Apparently, that dream opened her eyes big enough. Siham did not deserve that and she had to do all at her hand so that Siham was readmitted.
Ada had a quick breakfast, got dressed and went to school. She went straight to the principal's office, closed the door and started telling what he saw the day before.
The director did not know whom to believe, as he called Bruno and his friends and no one confessed. So he decided to readmit Siham but he did not punish Bruno.
From that day, Ada sat by Siham in music class and ended up hating Bruno for having no scruples and for being such an intolerant boy.
He created a group in high school based on multiculturalism. They made small meetings in the evenings where everybody was allowed, and in this way they got to know other cultures and ways of seeing life.
And so it was that Ada realized how important every person is, regardless of his origin or religion.
It seems that in the end we are all like notes, notes that make up a large score. We are different, but essential to the music sound.
Estefanía González Rodríguez 1 CNT
El idioma de los sentidos. Isabel Infantes - 2º BCN
Isabel Infantes Barba 2º CNA
El verano se acercaba apresuradamente y Alejandra aun no tenía destino para estas vacaciones. Todos los años se escapaba en verano para desconectar del trabajo y la rutina, pero ya había cumplido su sueño de viajar a EE.UU., Brasil y Japón, ahora solo le quedaba elegir un destino al azar. Alejandra tenía 27 años y vivía en Málaga. Era una muchacha extrovertida, curiosa, inteligente, a veces incluso demasiado habladora. Siempre había estado muy interesada en viajar y conocer otras culturas, por eso en cuanto encontró trabajo y se independizó, no dudó un solo instante en hacer lo que siempre había deseado. Este año haría algo diferente, distinto, más atrevido y arriesgado. Podría coger la mochila y recorrer toda España sin saber donde dormir ni qué comer, o mejor aun, buscaría un lugar perdido en el mundo, del que jamás hubiera oído hablar y del que nadie supiera que existe. Sí, definitivamente ese sería su destino, un paraíso escondido en el que solo unas cuantas tribus vivieran en armonía con la naturaleza. Ya había visto demasiada contaminación y gentío en sus anteriores viajes, ahora buscaba paz, tranquilidad y una experiencia que jamás pudiera olvidar y que no muchos puedan presumir de haberla vivido.
Al día siguiente fue a la agencia más cercana para empezar a organizar su gran viaje, pues no le quedaba mucho tiempo. No fue fácil encontrar una oferta que reuniera todos los requisitos, pero al fin se decidió por un pack de tres semanas en indonesia en un hotel situado en un pueblecito con un nombre bastante difícil de pronunciar, muy cercano a una de las grandes selvas del país. Ahora solo le quedaba esperar a que llegase el día de embarque y preparar lo necesario para tenerlo todo listo. Tendría que llevar mucha ropa de deporte, pues para caminar por una selva no serían muy cómodos los altos tacones que acostumbraba a usar; y también antimosquitos, no quería volver acribillada a picaduras.
Por fin llegó el gran día, eran las doce de la noche y el avión salía a las cuatro de la mañana, por lo que tenía que estar en el aeropuerto a eso de las tres de la madrugada. Alejandra estaba muy nerviosa, no sabía nada acerca del destino que la esperaba, ni siquiera qué idioma hablarían en el hotel. No se acostó, de todas formas no hubiera pegado ojo, se tomó una taza de te con tostadas y esperó en el sofá, leyendo un libro, a que llegaran las dos para coger un taxi y marcharse.
Le había tocado ventanilla, por suerte, y veinte horas de vuelo le quedaban por delante hasta llegar al otro lado del mundo. Fueron interminables, pero al fin puso los pies en Indonesia. Un taxi la estaba esperando para llevarla al hotel, pero no entendía nada de lo que le decía el conductor. Pasaron más de dos horas hasta que llegaron al pueblecito en el que se situaba el hotel. La gente se veía muy pobre, con ropas rotas y sucias y zapatos gastados. El hotel, si es que se le podía llamar así, dejaba mucho que desear, era una casa bastante pequeña, con el suelo de tierra y dos o tres habitaciones llenas de camas, lo que le hizo suponer que tendría que dormir en compañía de desconocidos. Ya le habían avisado de la poca calidad de estos sitios comparada con la de los hoteles de España, pero se esperaba algo mejor. Soltó sus cosas en una de las camas que estaba al lado de la ventana, ya que tenía que compartir la habitación, al menos escogería la cama más cómoda. En España serían prácticamente las cuatro o las cinco de la mañana, pero allí lucía el sol y serían las doce de la mañana. Por la tarde iría a alquilar un coche para moverse por los alrededores, ahora iba a descansar y a buscar un sitio para comer.
Jamás se acostumbraría a esas comidas, todo lo que en España se consideran bichos asquerosos, allí son el más exquisito manjar. Eran las tres de la tarde y después de comer, había alquilado un todoterreno bastante normalito para los coches que se veían pasar. Buscando en el mapa, consiguió llegar hasta el límite del pueblo con la selva. En el hotel le habían proporcionado un mapa de la selva con las tribus que en ella vivían y los caminos principales, pues era muy fácil perderse en un sitio como ese. Le habían advertido de que las tribus indonésicas no miraban con buena cara a los forasteros, pero ella estaba dispuesta a conocer sus culturas y a integrarse en alguna de ellas. Se introdujo por un sendero de minúsculas dimensiones y completamente rodeado de árboles, resultaba claustrofóbico caminar por el interior de la selva, pero era algo espectacular.
Después de hora y media peleándose con las hojas y las ramas, la frondosidad de la selva fue dejando paso a un amplio llano lleno de casitas. Había llegado a la primera de las tribus, no sabía como actuar ni que decir, pues no entendía el idioma, lo mejor sería expresarse por signos. Uno de los habitantes, que a juzgar por su aspecto parecía uno de los jefes, se acercó a Alejandra con extremado cuidado. Cuando estaba ya frente a ella, empezó a hablar en un idioma desconocido y a agitar las manos como si estuviera enfadado. Alejandra sintió miedo al principio, pero luego pensó que quizás era la forma de hablar que tenían allí, así que decidió intentar entenderse con él. Como pudo, le explicó que había viajado desde lejos para conocer su tribu y sus costumbres y que no pretendía causar ningún mal. Parece que el hombre la entendió y le dijo que se acercara a los demás mientras él explicaba a su gente las intenciones de Alejandra. Al principio todos parecían muy asustados, pero al cabo de cinco minutos empezaron a hacerle preguntas que ella no entendía y a interesarse por sus ropas y por su aspecto. Habían congeniado.
El nombre de la tribu era Dani, los hombres iban vestidos con calabazas a modo de taparrabos, las mujeres con faldas y muchos abalorios y todos iban descalzos, mientras que Alejandra llevaba unas botas de montaña y tenía los pies destrozados. Las casas eran como de barro y, aunque por fuera parecían bastante pequeñas, por dentro eran muy amplias, claro que lo único que había en su interior eran unas esterillas que servían de camas. Fuera había un fuego en el centro y los animales: gallinas, perros, cerdos, correteaban libremente por toda la aldea. Los mosquitos eran insoportables y los insectos pasaban a toda velocidad rozando tu cara. La gente era muy simpática y todos le ofrecieron comida y bebida, aunque quizás hubiera preferido que no le ofrecieran nada de eso. La comida del día eran larvas cocinadas al fuego, y la bebida una especie de café extra amargo que sabía a rayos, pero no quiso ser imprudente y aceptó amablemente todo lo que le ofrecieron.
En general, era una tribu muy curiosa y estaba dispuesta a entablar amistad con ellos, pero en especial le llamo la atención un muchacho joven que no le dirigió la palabra en toda la tarde. Era un hombre alto, delgado, fuerte y con unos grandes ojos, pero no había tenido la oportunidad de presentarse, pues se mantuvo alejado todo el tiempo. Estaba oscureciendo y debía regresar al hotel, la selva podría ser muy peligrosa por la noche, así que al día siguiente volvería e intentaría hablar con el muchacho.
Fue una noche espantosa. Casi no había dormido, sus compañeros de habitación roncaban como camiones y los mosquitos se cebaron con ella. Este viaje acababa de empezar y ya se le estaba haciendo más duro que ninguno. Por la mañana temprano regresó con sus amigos de la tribu y lo primero que hizo fue buscar al muchacho. Estaba trabajando el huerto y lo hacía de un modo muy profesional. Alejandra se acercó y le habló, claro que él no entendía una sola palabra. Aun así, al cabo de un rato se comunicaban a la perfección y pasaron de ser desconocidos a entenderse sin ningún problema a través de los gestos y las miradas. Alejandra no necesitaba hablar el mismo idioma que la tribu, pues ya había aprendido a comunicarse mediante el idioma de los sentidos. Ese muchacho, llamado Fadi, era especial. De toda la tribu, parecía el más consciente de la realidad que existía fuera de sus tierras y el más interesado en descubrirla. Se conocía la selva como la palma de su mano y le prometió a Alejandra enseñarle todos los rincones de su tierra. Se movía con gran destreza, a pesar de la dificultad de caminar por la selva, y eran un gran cazador.
Habían pasado ya diez días y Alejandra seguía pasando cada día con sus amigos de la tribu. Vestía ya como los Dani y había aprendido a caminar por la selva con mayor rapidez. Esa era una parte del plan que había trazado para su viaje, pero no estaba cumpliendo la otra: caminar en busca de nuevas tribus y nuevas sensaciones. Había algo que le hacía volver con los Dani cada día, una fuerza indestructible contra la que no podía luchar, una sensación de necesidad incontrolable. Alejandra no quería admitirlo, pero tal vez estaba empezando a sentir demasiado por ese muchacho llamado Fadi. ¿Qué otra cosa sino podría ser esa fuerza que la empujaba a volver, si prácticamente pasaba todo el día con él y no hacía demasiado caso a los demás? Pero no podía dejar que esto pasara, era una locura. ¿Cómo podía enamorarse de alguien del que ni siquiera entiendes lo que te dice? Era totalmente absurdo, ella vivía en la otra punta del mundo, en una ciudad, y él era un indonés que no conocía más que las costumbres de la tribu en la que vivía. Pertenecían a mundos totalmente distintos, pero aun así, ambos parecían sentir lo mismo y no necesitaban de las palabras para transmitírselo, bastaba con una sola mirada para saber qué era lo que se escondía en sus corazones.
Todo estaba claro, Alejandra estaba profundamente enamorada de Fadi y Fadi de ella. Era algo inexplicable, pero real. Sólo le quedaban tres días para regresar a España. Había planteado ya la posibilidad de quedarse allí, con los Dani, pero desechó la idea. No podía quedarse atrapada en un mundo en el que la mujer tiene el mismo valor que un cerdo. Jamás podría acostumbrarse a sus costumbres, tan extrañas para ella; a sus comidas insípidas y escasas, sólo habían pasado tres semanas y ya echaba de menos la tortilla de patatas, los filetes en salsa y el potaje de lentejas; a sus vestimentas, que le resultaban tan incómodas y aparatosas. Quedarse allí sería como vivir en un infierno en el que no podría sobrevivir. Alejandra estaba acostumbrada a las grandes ciudades, a vivir rodeada de gente, a divertirse, a ser algo más que la cocinera de su familia. No podía resignarse a la vida de las mujeres Dani, aunque separarse de Fadi le rompiera el corazón. Como pudo, le explicó que no podía quedarse con él, pero que aun así lo quería y mucho, y lo invitó a regresar con ella, pero como era de esperar, él tampoco podía abandonar a su tribu. Ya solo les quedaba disfrutar de sus últimos días juntos.
Todo estaba listo, pero el avión salía a las cuatro de la tarde, antes le daba tiempo de ir a despedirse de su tribu. Todos estaban muy apenados por su marcha, en poco tiempo le habían cogido mucho cariño a Alejandra, pero también ella los echaría de menos. Se despidió uno por uno, y en especial, de Fadi. Le dejó su dirección para que le escribiese cartas, aunque tendría que llevarlas a un traductor para entenderlas, pero eso no importaba. Ambos lloraron y se abrazaron sin cesar, pero la hora de la marcha se acercaba y Alejandra tuvo que irse dejando la mitad de su alma con él. No sería nada fácil rellenar el profundo agujero que sentía ahora en su corazón y, por supuesto, nunca podría olvidarle. Era la experiencia más intensa y distinta de todas las que había vivido y, desde luego, el viaje más apasionante y espectacular de todos los que había realizado.
Después de pasar casi todo el día en el avión, llegó a España. Málaga parecía tan pequeña comparada con la isla. Todo le resultaba ahora tan extraño, tan nuevo, tan cómodo. Las calles llenas de gente, los grandes edificios, su casa, la cama, la comida, todo parecía nuevo para ella después de tres semanas perdida en la selva. En realidad tenía muchas cosas en casa que no eran necesarias, había aprendido a vivir con lo mínimo y a valorar las cosas, y muchas de las que tenía eran totalmente prescindibles. Al día siguiente tenía que volver al trabajo, al hospital, y Alejandra no se sentía preparada. Estaba ausente, con la cabeza en el otro lado del mundo. No le quedaba más remedio que aguantarse y seguir adelante, sería duro al principio, pero pronto la rutina se apoderaría de ella.
Mes y medio había pasado ya y la primera carta de Fadi llegó. Alejandra sintió taquicardias al verla y se apresuró a leerla, olvidándose de que no entendería nada. Ya había contactado con un traductor del idioma y en cuanto recibió la carta se la mandó por fax. Esperó ansiosa y al fin, la traducción llegó. Fadi le contaba que todos estaban muy bien, que la echaban de menos y que habían colocado fotos de ella en casi todas las cabañas. También decía que no había dejado de pensar en ella ni un solo instante, que todas las noches rezaba a los dioses para que algún día pudieran estar juntos y que a pesar de la distancia, siempre la querría. Dos lágrimas brotaron de sus ojos al leer estas palabras y comenzó a escribir una carta para él. Cada día que pasaba, se sentía más enamorada y también guardaba la esperanza de que algún día pudieran estar juntos. Así pasaron los meses y los dos siguieron escribiéndose cartas en las que se abrían el corazón el uno al otro.
Algo raro pasaba. Siempre recibía una carta cada veinte días, veinticinco a lo sumo, pero ya habían pasado casi dos meses y no tenía noticias de Fadi. Ella seguía escribiéndole y le preguntaba por qué no le contestaba, pero todo era inútil, después de cuatro meses seguía sin saber nada de él a pesar de las decenas de cartas que ella le había enviado. Quizás ya no sentía lo mismo por ella y se había cansado de mantener la relación a distancia. Le escribiría algunas cartas más, pero si no contestaba antes de los seis meses, daría por hecho lo que se temía.
Pasaron seis meses y medio y, en efecto, Fadi no había dado señales de vida. Alejandra estaba totalmente destrozada. Cómo podían ser falsas todas las palabras que había leído en sus cartas, cómo había podido olvidarla tan pronto, cómo había tenido tan poco valor para dar la cara y decirle la verdad, no podía creer lo que le estaba pasando.
Era sábado por la tarde y sus amigos la habían invitado a salir, pero no tenía cuerpo para fiestas. Prefirió quedarse en casa viendo una película y pasando su tristeza en solitario. No quería contaminar al resto del mundo con sus problemas. De pronto, llamaron al timbre. Con extremada vagueza se dispuso a abrir la puerta, solo esperaba que no fuera un vendedor de sartenes o de enciclopedias que no te dejan en paz en toda la tarde hasta que les compras algo. Tal fue su sorpresa al abrir la puerta, que casi creyó desmayarse. Tras el umbral estaba Fadi, vestido con un elegante traje, quién diría que era él mismo que ella conoció en la tribu. Alejandra se lanzó contra él con tanta fuerza, que por poco caen rodando por las escaleras. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, no podía ser verdad que estuviera allí, estaba viviendo un sueño. Jamás podría haberse imaginado un plan mejor para la tarde del sábado. Este se había convertido, sin duda, en el mejor día de su vida. Después del fogoso recibimiento, entraron en casa y Fadi le explicó como pudo que había estado más de seis meses sin escribirle porque se había mudado a la ciudad para trabajar y conseguir el dinero para el billete de avión y, por lo tanto, las cartas de ella no le llegaban. No quiso decirle nada en su última carta para que todo fuera una sorpresa, y desde luego que lo fue.
Por fin se relleno el profundo agujero que sentía en su corazón. A partir de ahora, todo sería total y absolutamente perfecto. Le enseñaría el idioma a Fadi y cuando lo manejara, buscaría trabajo. Vivirían como una pareja normal. Nunca imaginó que la búsqueda de un viaje atrevido y peligroso, la llevaría a encontrar el verdadero amor, pero así fue y ahora no podía ser más feliz.
La historia de amor entre Alejandra y Fadi nos muestra que, a pesar del idioma, las costumbres, las religiones y de muchas otras cosas, existe algo universalmente conocido que todos sentimos en lo más profundo de nuestro corazón y contra lo que no podemos luchar, y este algo es a lo que llamamos amor.
Isabel Infantes Barba 2º CNA
IDOM OF THE SENSES
Summer is quickly approaching and Alexandra had not yet a destination for this vacation. Every year in summer escape to disconnect from work and routine, but he had fulfilled his dream of traveling to the U.S., Brazil and Japan, only now he had to choose a random destination. Alejandra was 27 and lived in Malaga. He was an outgoing girl, curious, intelligent, sometimes too talkative. He had always been very interested in traveling and meeting other cultures, so he found work as independent and did not hesitate a moment to do what he always wanted. This year do something different, different, more daring and risky. It could take the backpack and travel around Spain without knowing where to sleep or eat, or better yet, look for a lost place in the world, which had never heard and knew nobody there. Yes, definitely that would be his destination, a hidden paradise in which only a few tribes live in harmony with nature. He had seen too much pollution and crowds in their previous visits, now seeking peace, tranquility and an experience that could never forget and that not many can boast of having lived.
The next day he went to the closest agency to begin organizing his big trip, as not much time left. It was not easy to find an offer that met all the requirements, but finally settled on a pack of three weeks in Indonesia at a hotel in a little village with a pretty difficult name to pronounce, very close to one of the great forests of the country . Now just wait until he had arrived the day of shipment and prepare what is necessary to get everything done. It would have to carry much sportswear, as walking through a forest would not be very comfortable high heels I used to use, and mosquito, he would not return riddled with bites.
Finally came the big day, were twelve at night and the plane was leaving at four in the morning, I had to be at the airport at about three o'clock. Alexandra was very nervous, I knew nothing about the fate that awaited her, or even what language they speak at the hotel. There he lay, however had not slept, he took a cup of tea with toast and waited on the couch, reading a book, to reach the two to catch a taxi and leave.
He had touched the window, luckily, and twenty-hour flight lay ahead until you reach the other side of the world. Were endless, but finally set foot in Indonesia. A taxi was waiting for transport to the hotel, but did not understand what he said the driver. It took more than two hours until they reached the village where the hotel stood. The people looked very poor, dirty and torn clothes and worn shoes. The hotel, if you could call it, left much to be desired, it was a fairly small house with a dirt floor and two or three rooms full of beds, which made him suppose that would have to sleep in the company of strangers . They had already warned of the poor quality of these sites compared to the hotels of Spain, but expected something better. She dropped her things in one bed that was next to the window, as I had to share a room, at least choose the most comfortable bed. In Spain would be almost four or five in the morning but the sun was shining and there would be midnight. In the afternoon he would go to rent a car to move around, now going to rest and find a place to eat.
Never get used to those foods, all in Spain are considered vermin, there are the most exquisite delicacy. It was three o'clock in the afternoon and after lunch, rented an SUV rather normalito for cars that were passing. Looking at the map, made it to the edge of town with the forest. The hotel had provided a map of the jungle tribes that lived in it and the main roads, it was easy to get lost in a place like that. He had been warned that the Indonesian tribes did not look good face to outsiders, but she was willing to know their cultures and integrate into any of them. It was introduced by a trail of tiny size and completely surrounded by trees, it was claustrophobic walk inside the jungle, but it was something spectacular.
After an hour and a half battling with leaves and branches, the foliage of the forest gave way to a wide plain full of small houses. He had reached the first of the tribes did not know how to act or what to say, they do not understand the language, it would be best expressed by signs. One of the inhabitants, judging from their appearance one of the leaders seemed, approached with extreme caution Alejandra. When I was already in front of her, began to speak in an unknown language and shaking hands as if he were angry. Alejandra was afraid at first, but then thought that perhaps it was the speech that were there, so I decided to try to get along with. As he could, he explained that he had traveled far to find his tribe and their customs and did not intend to cause any harm. It seems that the man understood and told him to come over to the other while he explained his people's intentions Alejandra. At first all seemed very scared, but after five minutes they began to ask questions that she did not understand and their interest in their clothes and appearance. Had hit.
The name of the tribe was Dani, the men were dressed in pumpkin as a loincloth, women in skirts and many beads and all went barefoot, while Alexandra had mountain boots and his feet were shattered. The houses were like mud, but seemed rather small on the outside, inside they were very large, clear that the only thing that was inside was a mat that served as beds. Outside there was a fire in the center and the animals: chickens, dogs, pigs, ran freely through the village. The mosquitoes were unbearable and the bugs were tearing touching your face. The people were very friendly and everyone offered food and drink, though perhaps he would prefer not offer him anything like that. The meal of the day larvae were cooked in a fire and drink a kind of extra coffee tasted bitter ray, but would not be reckless and graciously accepted all that was offered.
In general, a tribe was very curious and willing to make friends with them, but I call special attention to a young boy who did not speak to him all afternoon. He was a tall, thin, strong and with big eyes, but had not had the opportunity to perform, since he stayed away all the time. It was getting dark and had to return to the hotel, the rain could be very dangerous at night, so again the next day and try to talk to the boy.
It was a terrible night. Most had not slept, his roommate snored like trucks and mosquitoes were baited with it. This trip had just begun and already he was making it harder than anyone. Early in the morning back to his friends of the tribe and the first thing he did was look for the boy. I was working the garden and did a very professional manner. Alejandra came and spoke, of course he did not understand a word. Still, after a while they communicated perfectly and went from being unknown to be without any problem through gestures and glances. Alejandra not need to speak the same language as the tribe, he had already learned to communicate through the language of the senses. That boy, named Fadi, was special. Of all the tribe, seemed more aware of the reality that existed outside their land and more interested in discovering it. It knew the forest like the palm of your hand and promised to teach Alejandra every corner of their land. He moved with great skill, despite the difficulty of walking through the jungle, and it was a great hunter.
Had passed away ten days and Alejandra was spending every day with his friends in the tribe. And dressed as Dani and had learned to walk through the forest faster. That was part of the plan he had set for her trip, but it was not meeting the other day: walking in search of new tribes and new sensations. There was something that made him return with Dani every day, an indestructible force against which he could not fight a feeling of uncontrollable need. Alexandra did not want to admit it, but maybe she was starting to feel much about this boy named Fadi. What else it could be the force that pushed her to return, if practically spent the whole day with him and did too much attention to others? But I could not let this happen, it was madness. How could fall for someone I do not even understand what I say? It was totally absurd, she lived at the other end of the world in one city, and he was an Indonesian who only knew the customs of the tribe in which he lived. They were from totally different worlds, but still, they seemed to feel the same and did not need words to pass it, one look was enough to know what was hiding in their hearts.
Everything was clear, Alexandra was deeply in love with Fadi and Fadi it. It was something inexplicable, but real. He only had three days to return to Spain. He had already raised the possibility of staying there with Dani, but dismissed the idea. He could not stay trapped in a world where women have the same value as a pig. I could never get used to their customs so strange to her; to your meals bland and scanty, had only been three weeks and missed the tortilla de patatas, steaks in sauce and stew of lentils; to their garments, which were so uncomfortable and bulky. Staying there would be like living in a hell in which they could not survive. Alejandra was accustomed to large cities, to live surrounded by people, have fun, to be more than the cook in your family. I could not resign himself to the life of Dani women, although separated from Fadi break his heart. As he could, he explained that he could not stay with him, but still loved him and a lot, and invited him to return with her, but as expected, he could not leave her tribe. It was left alone to enjoy their last days together.
Everything was ready, but the plane was leaving at four in the afternoon, before it was time to say goodbye to his tribe. They were all very saddened by his departure, in a short time had caught a lot of love to Alejandra, but she would miss. It dismissed one by one, and in particular, Fadi. He left his address to write him letters, but would have to take a translator to understand them, but that did not matter. They wept and hugged each other endlessly, but when the march neared and friends had to leave leaving half of his soul with him. It would not be easy to fill the deep hole they now felt in his heart and, of course, could never forget him. It was the most intense experience and unlike any he had lived and, of course, the journey more exciting and spectacular of all he had done.
After spending almost all day on the plane, went to Spain. Malaga seemed so small compared with the island. Everything was now so strange, so new, so comfortable. The crowded streets, big buildings, home, bed, food, everything seemed new to her after three weeks lost in the jungle. In fact he had many things at home that they were unnecessary, had learned to live with the minimum and appreciate things, and many who had were completely dispensable. The next day I had to return to work, hospital, and Alexandra was not ready. Was away, his head on the other side of the world. He did not have to put up and move on, it would be hard at first, but soon the routine would seize it.
One and a half had passed and the first letter of Fadi arrived. Alejandra tachycardias felt seeing her and rushed to read, forgetting that understand nothing. He had already contacted a language translator and as soon as it received the letter sent by fax. He waited anxiously and at last came the translation. Fadi told him they were all very well, that was missed and had posted pictures of her in almost every hut. He also said he had not stopped thinking about her for a moment, that every night praying to the gods that they may one day be together and that despite the distance, I always wanted. Two tears fell from his eyes as you read these words and began to write a letter for him. Each day that passed, she felt more love and also kept the hope that one day they could be together. So the months passed and the two continued to write letters in which the heart is opened to each other.
Something strange happened. Always got a letter every twenty days, twenty-five at most, but they had been almost two months and had not heard from Fadi. She continued to write and ask him why he did not answer, but it was useless, after four months still did not know anything about him despite the dozens of letters she had sent. Maybe I did not feel the same for her and she was tired of maintaining long-distance relationship. I write some more letters, but if not answered within six months, would assume what is feared.
It took six and a half months and, indeed, Fadi had no signs of life. Alejandra was completely destroyed. How could they be false all the words he had read in his letters, how he could forget so soon, how he had so little value to come forward and tell the truth, I could not believe what was happening.
It was Saturday afternoon and his friends had asked her out, but had no body to parties. He preferred staying at home watching a movie and spending his sadness alone. I did not want to contaminate the rest of the world with their problems. Suddenly, rang the bell. With extreme vagueza prepared to open the door, just hoped it was a salesman of encyclopedias pans or not they leave you alone all afternoon until they buy something. Such was her surprise when opening the door, which almost felt faint. After the threshold was Fadi, dressed in an elegant suit, who would say that it was himself that she met in the tribe. Alejandra was launched against him so hard that I almost fell rolling down the stairs. I could not believe what his eyes were seeing, could not be true that he was there, I was living a dream. I could never have imagined a better plan for Saturday afternoon. This had become, without doubt, the best day of your life. After fiery reception, Fadi came home and told her as he could he had been more than six months without writing because they had moved to the city to work and get the money for airfare and, therefore, letters of She did not arrive. He declined to say anything in his last letter to all be a surprise, and indeed it was.
At last filling the deep hole that he felt in his heart. From now on, everything would be totally and absolutely perfect. We teach the language to Fadi and when they handle, look for work. They would live like a normal couple. He never imagined that finding a daring and dangerous journey, take her to find true love, but it did and now could not be happier.
The love story between Alexander and Fadi shows that, despite the language, customs, religions and many other things, there is something universally known that we all feel in the depths of our hearts and against what we can not fight, and this something is what we call love.
Infants Isabel Barba 2nd CNA
El verano se acercaba apresuradamente y Alejandra aun no tenía destino para estas vacaciones. Todos los años se escapaba en verano para desconectar del trabajo y la rutina, pero ya había cumplido su sueño de viajar a EE.UU., Brasil y Japón, ahora solo le quedaba elegir un destino al azar. Alejandra tenía 27 años y vivía en Málaga. Era una muchacha extrovertida, curiosa, inteligente, a veces incluso demasiado habladora. Siempre había estado muy interesada en viajar y conocer otras culturas, por eso en cuanto encontró trabajo y se independizó, no dudó un solo instante en hacer lo que siempre había deseado. Este año haría algo diferente, distinto, más atrevido y arriesgado. Podría coger la mochila y recorrer toda España sin saber donde dormir ni qué comer, o mejor aun, buscaría un lugar perdido en el mundo, del que jamás hubiera oído hablar y del que nadie supiera que existe. Sí, definitivamente ese sería su destino, un paraíso escondido en el que solo unas cuantas tribus vivieran en armonía con la naturaleza. Ya había visto demasiada contaminación y gentío en sus anteriores viajes, ahora buscaba paz, tranquilidad y una experiencia que jamás pudiera olvidar y que no muchos puedan presumir de haberla vivido.
Al día siguiente fue a la agencia más cercana para empezar a organizar su gran viaje, pues no le quedaba mucho tiempo. No fue fácil encontrar una oferta que reuniera todos los requisitos, pero al fin se decidió por un pack de tres semanas en indonesia en un hotel situado en un pueblecito con un nombre bastante difícil de pronunciar, muy cercano a una de las grandes selvas del país. Ahora solo le quedaba esperar a que llegase el día de embarque y preparar lo necesario para tenerlo todo listo. Tendría que llevar mucha ropa de deporte, pues para caminar por una selva no serían muy cómodos los altos tacones que acostumbraba a usar; y también antimosquitos, no quería volver acribillada a picaduras.
Por fin llegó el gran día, eran las doce de la noche y el avión salía a las cuatro de la mañana, por lo que tenía que estar en el aeropuerto a eso de las tres de la madrugada. Alejandra estaba muy nerviosa, no sabía nada acerca del destino que la esperaba, ni siquiera qué idioma hablarían en el hotel. No se acostó, de todas formas no hubiera pegado ojo, se tomó una taza de te con tostadas y esperó en el sofá, leyendo un libro, a que llegaran las dos para coger un taxi y marcharse.
Le había tocado ventanilla, por suerte, y veinte horas de vuelo le quedaban por delante hasta llegar al otro lado del mundo. Fueron interminables, pero al fin puso los pies en Indonesia. Un taxi la estaba esperando para llevarla al hotel, pero no entendía nada de lo que le decía el conductor. Pasaron más de dos horas hasta que llegaron al pueblecito en el que se situaba el hotel. La gente se veía muy pobre, con ropas rotas y sucias y zapatos gastados. El hotel, si es que se le podía llamar así, dejaba mucho que desear, era una casa bastante pequeña, con el suelo de tierra y dos o tres habitaciones llenas de camas, lo que le hizo suponer que tendría que dormir en compañía de desconocidos. Ya le habían avisado de la poca calidad de estos sitios comparada con la de los hoteles de España, pero se esperaba algo mejor. Soltó sus cosas en una de las camas que estaba al lado de la ventana, ya que tenía que compartir la habitación, al menos escogería la cama más cómoda. En España serían prácticamente las cuatro o las cinco de la mañana, pero allí lucía el sol y serían las doce de la mañana. Por la tarde iría a alquilar un coche para moverse por los alrededores, ahora iba a descansar y a buscar un sitio para comer.
Jamás se acostumbraría a esas comidas, todo lo que en España se consideran bichos asquerosos, allí son el más exquisito manjar. Eran las tres de la tarde y después de comer, había alquilado un todoterreno bastante normalito para los coches que se veían pasar. Buscando en el mapa, consiguió llegar hasta el límite del pueblo con la selva. En el hotel le habían proporcionado un mapa de la selva con las tribus que en ella vivían y los caminos principales, pues era muy fácil perderse en un sitio como ese. Le habían advertido de que las tribus indonésicas no miraban con buena cara a los forasteros, pero ella estaba dispuesta a conocer sus culturas y a integrarse en alguna de ellas. Se introdujo por un sendero de minúsculas dimensiones y completamente rodeado de árboles, resultaba claustrofóbico caminar por el interior de la selva, pero era algo espectacular.
Después de hora y media peleándose con las hojas y las ramas, la frondosidad de la selva fue dejando paso a un amplio llano lleno de casitas. Había llegado a la primera de las tribus, no sabía como actuar ni que decir, pues no entendía el idioma, lo mejor sería expresarse por signos. Uno de los habitantes, que a juzgar por su aspecto parecía uno de los jefes, se acercó a Alejandra con extremado cuidado. Cuando estaba ya frente a ella, empezó a hablar en un idioma desconocido y a agitar las manos como si estuviera enfadado. Alejandra sintió miedo al principio, pero luego pensó que quizás era la forma de hablar que tenían allí, así que decidió intentar entenderse con él. Como pudo, le explicó que había viajado desde lejos para conocer su tribu y sus costumbres y que no pretendía causar ningún mal. Parece que el hombre la entendió y le dijo que se acercara a los demás mientras él explicaba a su gente las intenciones de Alejandra. Al principio todos parecían muy asustados, pero al cabo de cinco minutos empezaron a hacerle preguntas que ella no entendía y a interesarse por sus ropas y por su aspecto. Habían congeniado.
El nombre de la tribu era Dani, los hombres iban vestidos con calabazas a modo de taparrabos, las mujeres con faldas y muchos abalorios y todos iban descalzos, mientras que Alejandra llevaba unas botas de montaña y tenía los pies destrozados. Las casas eran como de barro y, aunque por fuera parecían bastante pequeñas, por dentro eran muy amplias, claro que lo único que había en su interior eran unas esterillas que servían de camas. Fuera había un fuego en el centro y los animales: gallinas, perros, cerdos, correteaban libremente por toda la aldea. Los mosquitos eran insoportables y los insectos pasaban a toda velocidad rozando tu cara. La gente era muy simpática y todos le ofrecieron comida y bebida, aunque quizás hubiera preferido que no le ofrecieran nada de eso. La comida del día eran larvas cocinadas al fuego, y la bebida una especie de café extra amargo que sabía a rayos, pero no quiso ser imprudente y aceptó amablemente todo lo que le ofrecieron.
En general, era una tribu muy curiosa y estaba dispuesta a entablar amistad con ellos, pero en especial le llamo la atención un muchacho joven que no le dirigió la palabra en toda la tarde. Era un hombre alto, delgado, fuerte y con unos grandes ojos, pero no había tenido la oportunidad de presentarse, pues se mantuvo alejado todo el tiempo. Estaba oscureciendo y debía regresar al hotel, la selva podría ser muy peligrosa por la noche, así que al día siguiente volvería e intentaría hablar con el muchacho.
Fue una noche espantosa. Casi no había dormido, sus compañeros de habitación roncaban como camiones y los mosquitos se cebaron con ella. Este viaje acababa de empezar y ya se le estaba haciendo más duro que ninguno. Por la mañana temprano regresó con sus amigos de la tribu y lo primero que hizo fue buscar al muchacho. Estaba trabajando el huerto y lo hacía de un modo muy profesional. Alejandra se acercó y le habló, claro que él no entendía una sola palabra. Aun así, al cabo de un rato se comunicaban a la perfección y pasaron de ser desconocidos a entenderse sin ningún problema a través de los gestos y las miradas. Alejandra no necesitaba hablar el mismo idioma que la tribu, pues ya había aprendido a comunicarse mediante el idioma de los sentidos. Ese muchacho, llamado Fadi, era especial. De toda la tribu, parecía el más consciente de la realidad que existía fuera de sus tierras y el más interesado en descubrirla. Se conocía la selva como la palma de su mano y le prometió a Alejandra enseñarle todos los rincones de su tierra. Se movía con gran destreza, a pesar de la dificultad de caminar por la selva, y eran un gran cazador.
Habían pasado ya diez días y Alejandra seguía pasando cada día con sus amigos de la tribu. Vestía ya como los Dani y había aprendido a caminar por la selva con mayor rapidez. Esa era una parte del plan que había trazado para su viaje, pero no estaba cumpliendo la otra: caminar en busca de nuevas tribus y nuevas sensaciones. Había algo que le hacía volver con los Dani cada día, una fuerza indestructible contra la que no podía luchar, una sensación de necesidad incontrolable. Alejandra no quería admitirlo, pero tal vez estaba empezando a sentir demasiado por ese muchacho llamado Fadi. ¿Qué otra cosa sino podría ser esa fuerza que la empujaba a volver, si prácticamente pasaba todo el día con él y no hacía demasiado caso a los demás? Pero no podía dejar que esto pasara, era una locura. ¿Cómo podía enamorarse de alguien del que ni siquiera entiendes lo que te dice? Era totalmente absurdo, ella vivía en la otra punta del mundo, en una ciudad, y él era un indonés que no conocía más que las costumbres de la tribu en la que vivía. Pertenecían a mundos totalmente distintos, pero aun así, ambos parecían sentir lo mismo y no necesitaban de las palabras para transmitírselo, bastaba con una sola mirada para saber qué era lo que se escondía en sus corazones.
Todo estaba claro, Alejandra estaba profundamente enamorada de Fadi y Fadi de ella. Era algo inexplicable, pero real. Sólo le quedaban tres días para regresar a España. Había planteado ya la posibilidad de quedarse allí, con los Dani, pero desechó la idea. No podía quedarse atrapada en un mundo en el que la mujer tiene el mismo valor que un cerdo. Jamás podría acostumbrarse a sus costumbres, tan extrañas para ella; a sus comidas insípidas y escasas, sólo habían pasado tres semanas y ya echaba de menos la tortilla de patatas, los filetes en salsa y el potaje de lentejas; a sus vestimentas, que le resultaban tan incómodas y aparatosas. Quedarse allí sería como vivir en un infierno en el que no podría sobrevivir. Alejandra estaba acostumbrada a las grandes ciudades, a vivir rodeada de gente, a divertirse, a ser algo más que la cocinera de su familia. No podía resignarse a la vida de las mujeres Dani, aunque separarse de Fadi le rompiera el corazón. Como pudo, le explicó que no podía quedarse con él, pero que aun así lo quería y mucho, y lo invitó a regresar con ella, pero como era de esperar, él tampoco podía abandonar a su tribu. Ya solo les quedaba disfrutar de sus últimos días juntos.
Todo estaba listo, pero el avión salía a las cuatro de la tarde, antes le daba tiempo de ir a despedirse de su tribu. Todos estaban muy apenados por su marcha, en poco tiempo le habían cogido mucho cariño a Alejandra, pero también ella los echaría de menos. Se despidió uno por uno, y en especial, de Fadi. Le dejó su dirección para que le escribiese cartas, aunque tendría que llevarlas a un traductor para entenderlas, pero eso no importaba. Ambos lloraron y se abrazaron sin cesar, pero la hora de la marcha se acercaba y Alejandra tuvo que irse dejando la mitad de su alma con él. No sería nada fácil rellenar el profundo agujero que sentía ahora en su corazón y, por supuesto, nunca podría olvidarle. Era la experiencia más intensa y distinta de todas las que había vivido y, desde luego, el viaje más apasionante y espectacular de todos los que había realizado.
Después de pasar casi todo el día en el avión, llegó a España. Málaga parecía tan pequeña comparada con la isla. Todo le resultaba ahora tan extraño, tan nuevo, tan cómodo. Las calles llenas de gente, los grandes edificios, su casa, la cama, la comida, todo parecía nuevo para ella después de tres semanas perdida en la selva. En realidad tenía muchas cosas en casa que no eran necesarias, había aprendido a vivir con lo mínimo y a valorar las cosas, y muchas de las que tenía eran totalmente prescindibles. Al día siguiente tenía que volver al trabajo, al hospital, y Alejandra no se sentía preparada. Estaba ausente, con la cabeza en el otro lado del mundo. No le quedaba más remedio que aguantarse y seguir adelante, sería duro al principio, pero pronto la rutina se apoderaría de ella.
Mes y medio había pasado ya y la primera carta de Fadi llegó. Alejandra sintió taquicardias al verla y se apresuró a leerla, olvidándose de que no entendería nada. Ya había contactado con un traductor del idioma y en cuanto recibió la carta se la mandó por fax. Esperó ansiosa y al fin, la traducción llegó. Fadi le contaba que todos estaban muy bien, que la echaban de menos y que habían colocado fotos de ella en casi todas las cabañas. También decía que no había dejado de pensar en ella ni un solo instante, que todas las noches rezaba a los dioses para que algún día pudieran estar juntos y que a pesar de la distancia, siempre la querría. Dos lágrimas brotaron de sus ojos al leer estas palabras y comenzó a escribir una carta para él. Cada día que pasaba, se sentía más enamorada y también guardaba la esperanza de que algún día pudieran estar juntos. Así pasaron los meses y los dos siguieron escribiéndose cartas en las que se abrían el corazón el uno al otro.
Algo raro pasaba. Siempre recibía una carta cada veinte días, veinticinco a lo sumo, pero ya habían pasado casi dos meses y no tenía noticias de Fadi. Ella seguía escribiéndole y le preguntaba por qué no le contestaba, pero todo era inútil, después de cuatro meses seguía sin saber nada de él a pesar de las decenas de cartas que ella le había enviado. Quizás ya no sentía lo mismo por ella y se había cansado de mantener la relación a distancia. Le escribiría algunas cartas más, pero si no contestaba antes de los seis meses, daría por hecho lo que se temía.
Pasaron seis meses y medio y, en efecto, Fadi no había dado señales de vida. Alejandra estaba totalmente destrozada. Cómo podían ser falsas todas las palabras que había leído en sus cartas, cómo había podido olvidarla tan pronto, cómo había tenido tan poco valor para dar la cara y decirle la verdad, no podía creer lo que le estaba pasando.
Era sábado por la tarde y sus amigos la habían invitado a salir, pero no tenía cuerpo para fiestas. Prefirió quedarse en casa viendo una película y pasando su tristeza en solitario. No quería contaminar al resto del mundo con sus problemas. De pronto, llamaron al timbre. Con extremada vagueza se dispuso a abrir la puerta, solo esperaba que no fuera un vendedor de sartenes o de enciclopedias que no te dejan en paz en toda la tarde hasta que les compras algo. Tal fue su sorpresa al abrir la puerta, que casi creyó desmayarse. Tras el umbral estaba Fadi, vestido con un elegante traje, quién diría que era él mismo que ella conoció en la tribu. Alejandra se lanzó contra él con tanta fuerza, que por poco caen rodando por las escaleras. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, no podía ser verdad que estuviera allí, estaba viviendo un sueño. Jamás podría haberse imaginado un plan mejor para la tarde del sábado. Este se había convertido, sin duda, en el mejor día de su vida. Después del fogoso recibimiento, entraron en casa y Fadi le explicó como pudo que había estado más de seis meses sin escribirle porque se había mudado a la ciudad para trabajar y conseguir el dinero para el billete de avión y, por lo tanto, las cartas de ella no le llegaban. No quiso decirle nada en su última carta para que todo fuera una sorpresa, y desde luego que lo fue.
Por fin se relleno el profundo agujero que sentía en su corazón. A partir de ahora, todo sería total y absolutamente perfecto. Le enseñaría el idioma a Fadi y cuando lo manejara, buscaría trabajo. Vivirían como una pareja normal. Nunca imaginó que la búsqueda de un viaje atrevido y peligroso, la llevaría a encontrar el verdadero amor, pero así fue y ahora no podía ser más feliz.
La historia de amor entre Alejandra y Fadi nos muestra que, a pesar del idioma, las costumbres, las religiones y de muchas otras cosas, existe algo universalmente conocido que todos sentimos en lo más profundo de nuestro corazón y contra lo que no podemos luchar, y este algo es a lo que llamamos amor.
Isabel Infantes Barba 2º CNA
IDOM OF THE SENSES
Summer is quickly approaching and Alexandra had not yet a destination for this vacation. Every year in summer escape to disconnect from work and routine, but he had fulfilled his dream of traveling to the U.S., Brazil and Japan, only now he had to choose a random destination. Alejandra was 27 and lived in Malaga. He was an outgoing girl, curious, intelligent, sometimes too talkative. He had always been very interested in traveling and meeting other cultures, so he found work as independent and did not hesitate a moment to do what he always wanted. This year do something different, different, more daring and risky. It could take the backpack and travel around Spain without knowing where to sleep or eat, or better yet, look for a lost place in the world, which had never heard and knew nobody there. Yes, definitely that would be his destination, a hidden paradise in which only a few tribes live in harmony with nature. He had seen too much pollution and crowds in their previous visits, now seeking peace, tranquility and an experience that could never forget and that not many can boast of having lived.
The next day he went to the closest agency to begin organizing his big trip, as not much time left. It was not easy to find an offer that met all the requirements, but finally settled on a pack of three weeks in Indonesia at a hotel in a little village with a pretty difficult name to pronounce, very close to one of the great forests of the country . Now just wait until he had arrived the day of shipment and prepare what is necessary to get everything done. It would have to carry much sportswear, as walking through a forest would not be very comfortable high heels I used to use, and mosquito, he would not return riddled with bites.
Finally came the big day, were twelve at night and the plane was leaving at four in the morning, I had to be at the airport at about three o'clock. Alexandra was very nervous, I knew nothing about the fate that awaited her, or even what language they speak at the hotel. There he lay, however had not slept, he took a cup of tea with toast and waited on the couch, reading a book, to reach the two to catch a taxi and leave.
He had touched the window, luckily, and twenty-hour flight lay ahead until you reach the other side of the world. Were endless, but finally set foot in Indonesia. A taxi was waiting for transport to the hotel, but did not understand what he said the driver. It took more than two hours until they reached the village where the hotel stood. The people looked very poor, dirty and torn clothes and worn shoes. The hotel, if you could call it, left much to be desired, it was a fairly small house with a dirt floor and two or three rooms full of beds, which made him suppose that would have to sleep in the company of strangers . They had already warned of the poor quality of these sites compared to the hotels of Spain, but expected something better. She dropped her things in one bed that was next to the window, as I had to share a room, at least choose the most comfortable bed. In Spain would be almost four or five in the morning but the sun was shining and there would be midnight. In the afternoon he would go to rent a car to move around, now going to rest and find a place to eat.
Never get used to those foods, all in Spain are considered vermin, there are the most exquisite delicacy. It was three o'clock in the afternoon and after lunch, rented an SUV rather normalito for cars that were passing. Looking at the map, made it to the edge of town with the forest. The hotel had provided a map of the jungle tribes that lived in it and the main roads, it was easy to get lost in a place like that. He had been warned that the Indonesian tribes did not look good face to outsiders, but she was willing to know their cultures and integrate into any of them. It was introduced by a trail of tiny size and completely surrounded by trees, it was claustrophobic walk inside the jungle, but it was something spectacular.
After an hour and a half battling with leaves and branches, the foliage of the forest gave way to a wide plain full of small houses. He had reached the first of the tribes did not know how to act or what to say, they do not understand the language, it would be best expressed by signs. One of the inhabitants, judging from their appearance one of the leaders seemed, approached with extreme caution Alejandra. When I was already in front of her, began to speak in an unknown language and shaking hands as if he were angry. Alejandra was afraid at first, but then thought that perhaps it was the speech that were there, so I decided to try to get along with. As he could, he explained that he had traveled far to find his tribe and their customs and did not intend to cause any harm. It seems that the man understood and told him to come over to the other while he explained his people's intentions Alejandra. At first all seemed very scared, but after five minutes they began to ask questions that she did not understand and their interest in their clothes and appearance. Had hit.
The name of the tribe was Dani, the men were dressed in pumpkin as a loincloth, women in skirts and many beads and all went barefoot, while Alexandra had mountain boots and his feet were shattered. The houses were like mud, but seemed rather small on the outside, inside they were very large, clear that the only thing that was inside was a mat that served as beds. Outside there was a fire in the center and the animals: chickens, dogs, pigs, ran freely through the village. The mosquitoes were unbearable and the bugs were tearing touching your face. The people were very friendly and everyone offered food and drink, though perhaps he would prefer not offer him anything like that. The meal of the day larvae were cooked in a fire and drink a kind of extra coffee tasted bitter ray, but would not be reckless and graciously accepted all that was offered.
In general, a tribe was very curious and willing to make friends with them, but I call special attention to a young boy who did not speak to him all afternoon. He was a tall, thin, strong and with big eyes, but had not had the opportunity to perform, since he stayed away all the time. It was getting dark and had to return to the hotel, the rain could be very dangerous at night, so again the next day and try to talk to the boy.
It was a terrible night. Most had not slept, his roommate snored like trucks and mosquitoes were baited with it. This trip had just begun and already he was making it harder than anyone. Early in the morning back to his friends of the tribe and the first thing he did was look for the boy. I was working the garden and did a very professional manner. Alejandra came and spoke, of course he did not understand a word. Still, after a while they communicated perfectly and went from being unknown to be without any problem through gestures and glances. Alejandra not need to speak the same language as the tribe, he had already learned to communicate through the language of the senses. That boy, named Fadi, was special. Of all the tribe, seemed more aware of the reality that existed outside their land and more interested in discovering it. It knew the forest like the palm of your hand and promised to teach Alejandra every corner of their land. He moved with great skill, despite the difficulty of walking through the jungle, and it was a great hunter.
Had passed away ten days and Alejandra was spending every day with his friends in the tribe. And dressed as Dani and had learned to walk through the forest faster. That was part of the plan he had set for her trip, but it was not meeting the other day: walking in search of new tribes and new sensations. There was something that made him return with Dani every day, an indestructible force against which he could not fight a feeling of uncontrollable need. Alexandra did not want to admit it, but maybe she was starting to feel much about this boy named Fadi. What else it could be the force that pushed her to return, if practically spent the whole day with him and did too much attention to others? But I could not let this happen, it was madness. How could fall for someone I do not even understand what I say? It was totally absurd, she lived at the other end of the world in one city, and he was an Indonesian who only knew the customs of the tribe in which he lived. They were from totally different worlds, but still, they seemed to feel the same and did not need words to pass it, one look was enough to know what was hiding in their hearts.
Everything was clear, Alexandra was deeply in love with Fadi and Fadi it. It was something inexplicable, but real. He only had three days to return to Spain. He had already raised the possibility of staying there with Dani, but dismissed the idea. He could not stay trapped in a world where women have the same value as a pig. I could never get used to their customs so strange to her; to your meals bland and scanty, had only been three weeks and missed the tortilla de patatas, steaks in sauce and stew of lentils; to their garments, which were so uncomfortable and bulky. Staying there would be like living in a hell in which they could not survive. Alejandra was accustomed to large cities, to live surrounded by people, have fun, to be more than the cook in your family. I could not resign himself to the life of Dani women, although separated from Fadi break his heart. As he could, he explained that he could not stay with him, but still loved him and a lot, and invited him to return with her, but as expected, he could not leave her tribe. It was left alone to enjoy their last days together.
Everything was ready, but the plane was leaving at four in the afternoon, before it was time to say goodbye to his tribe. They were all very saddened by his departure, in a short time had caught a lot of love to Alejandra, but she would miss. It dismissed one by one, and in particular, Fadi. He left his address to write him letters, but would have to take a translator to understand them, but that did not matter. They wept and hugged each other endlessly, but when the march neared and friends had to leave leaving half of his soul with him. It would not be easy to fill the deep hole they now felt in his heart and, of course, could never forget him. It was the most intense experience and unlike any he had lived and, of course, the journey more exciting and spectacular of all he had done.
After spending almost all day on the plane, went to Spain. Malaga seemed so small compared with the island. Everything was now so strange, so new, so comfortable. The crowded streets, big buildings, home, bed, food, everything seemed new to her after three weeks lost in the jungle. In fact he had many things at home that they were unnecessary, had learned to live with the minimum and appreciate things, and many who had were completely dispensable. The next day I had to return to work, hospital, and Alexandra was not ready. Was away, his head on the other side of the world. He did not have to put up and move on, it would be hard at first, but soon the routine would seize it.
One and a half had passed and the first letter of Fadi arrived. Alejandra tachycardias felt seeing her and rushed to read, forgetting that understand nothing. He had already contacted a language translator and as soon as it received the letter sent by fax. He waited anxiously and at last came the translation. Fadi told him they were all very well, that was missed and had posted pictures of her in almost every hut. He also said he had not stopped thinking about her for a moment, that every night praying to the gods that they may one day be together and that despite the distance, I always wanted. Two tears fell from his eyes as you read these words and began to write a letter for him. Each day that passed, she felt more love and also kept the hope that one day they could be together. So the months passed and the two continued to write letters in which the heart is opened to each other.
Something strange happened. Always got a letter every twenty days, twenty-five at most, but they had been almost two months and had not heard from Fadi. She continued to write and ask him why he did not answer, but it was useless, after four months still did not know anything about him despite the dozens of letters she had sent. Maybe I did not feel the same for her and she was tired of maintaining long-distance relationship. I write some more letters, but if not answered within six months, would assume what is feared.
It took six and a half months and, indeed, Fadi had no signs of life. Alejandra was completely destroyed. How could they be false all the words he had read in his letters, how he could forget so soon, how he had so little value to come forward and tell the truth, I could not believe what was happening.
It was Saturday afternoon and his friends had asked her out, but had no body to parties. He preferred staying at home watching a movie and spending his sadness alone. I did not want to contaminate the rest of the world with their problems. Suddenly, rang the bell. With extreme vagueza prepared to open the door, just hoped it was a salesman of encyclopedias pans or not they leave you alone all afternoon until they buy something. Such was her surprise when opening the door, which almost felt faint. After the threshold was Fadi, dressed in an elegant suit, who would say that it was himself that she met in the tribe. Alejandra was launched against him so hard that I almost fell rolling down the stairs. I could not believe what his eyes were seeing, could not be true that he was there, I was living a dream. I could never have imagined a better plan for Saturday afternoon. This had become, without doubt, the best day of your life. After fiery reception, Fadi came home and told her as he could he had been more than six months without writing because they had moved to the city to work and get the money for airfare and, therefore, letters of She did not arrive. He declined to say anything in his last letter to all be a surprise, and indeed it was.
At last filling the deep hole that he felt in his heart. From now on, everything would be totally and absolutely perfect. We teach the language to Fadi and when they handle, look for work. They would live like a normal couple. He never imagined that finding a daring and dangerous journey, take her to find true love, but it did and now could not be happier.
The love story between Alexander and Fadi shows that, despite the language, customs, religions and many other things, there is something universally known that we all feel in the depths of our hearts and against what we can not fight, and this something is what we call love.
Infants Isabel Barba 2nd CNA
La esclava. Raquel Delgado. 1º Bach CNT
ESCLAVA
Introducción:
Esta es nuestra historia, la historia mía y de mi novia, llena de prejuicios, llena de miedos, llena de inseguridades y también de cierta rebeldía.
Por cierto, yo soy Carolina, mi novia Abda, y su hermano Alí.
Esta es una historia que demuestra que el amor, es el amor. No importa el país, el color o el sexo. Porque seguirá siendo amor.
Esto ocurrió el año que entré en 4º de E.S.O., el primer día.
Mientras estábamos esperando para entrar en clase, me fijé en una chica morena que llevaba puesto un velo en la cabeza. Ella también se había fijado en mí, y allí nos quedamos las dos por un largo segundo hasta que le sonreí. Esa chica, Abda, era una musulmana que había inmigrado desde Marruecos hacía tan sólo un año.
Todo el que sea diferente a lo que dicta la sociedad será marginado, ya sé que no está escrito en ningún estatuto ni nada de eso, pero es una ley universal, es decir, siempre se cumple. Sin embargo, yo tenía una ética y unos valores muy profundos, y no pensaba dejar que nadie los pisoteara, así que cuando empezaron a meterse con ella yo estaba allí, tendiéndole la mano, no pensaba dejarla, nadie más que yo se había parado a pensar por todo lo que ella pasaba en ese momento, al ser nueva en este país con un choque cultural bastante grande, haber venido en una patera desde Marruecos por que allí no tenía que comer y encontrarse con una sociedad en la que la ley imperante es la del mínimo esfuerzo, y “soy más guay porque tengo el futuro solucionado, porque apenas me ha costado llegar hasta donde estoy”. ¿Cómo podían sentirse más que ella cuatro niñatos, que ella, que estaba aquí, hablando español aunque tan solo llevara un año viviendo en España, estudiando como podía por las mañanas y ayudando a sus padres en la tienda por la tarde? Y nadie más que yo pensaba en ello. ¿Por qué estamos inmersos en una sociedad tan estúpida, egocéntrica y superficial? ¿Por qué se metían con ella por su forma de vestir y de hablar? ¿Por qué simplemente si creía en el Islam los chicos ya le tomaban el pelo y la trataban como una sirvienta? Estaba segura de que ella valía más que eso, muchísimo más, así que la defendí, la defendí de todo el mundo y empezamos a ser amigas, al principio era muy callada, pero mi carácter hace hablar hasta a las cortinas, así que pronto se abrió, y pronto sabíamos todo la una de la otra. En poco tiempo ya la conocía. En todo momento nos respetamos.
Ella era hermosa para mí, era tan inocente, tan pequeña, tan delicada aunque fuerte, y tan madura a la vez, me tenía totalmente cautivada, me embobaba con su risa. Su felicidad arrancaba de mil sonrisas infinitas. Lo que yo no sabía es que ella me veía de la misma manera, el daño y la confusión que sintió siendo esclava de su cultura no lo comprendí hasta más tarde. Durante el tiempo que no estuvo conmigo la vi apagada y sin vida, pero cuanto más intentaba yo acercarme a ella, mas me rehuía.
Entonces cansada de esperar me enfadé y seguí por mi propio camino durante un tiempo, o al menos eso intenté, sin embargo yo sabía que era adicta a su sonrisa, y que sin ella no podría vivir, faltaban trocitos de mí.
Un día mientras salía del servicio, entró ella, sus lágrimas seguían su recorrido hacia bajo como dos ríos caudalosos que discurren por su valle sucumbiendo ante la fuerza de la gravedad, y empezó a explicarme la razón de su distanciamiento.
Durante esos cinco minutos experimenté, confusión, alegría, fascinación, tristeza y determinación, todo a la vez. Todo aquello era fascinante, me estaba diciendo que me quería, algo que llevaba deseando escuchar prácticamente desde el día que la conocí. En ese momento, supe que no podía dejarla escapar; que no podía dejar que nuestro amor se detuviera, que no importa cuán difícil fuera, ella tenía que estar junto a mí y viceversa, lucharía y vencería a la gravedad antes de dejarla ir, ¡Me quería tanto como yo la quería a ella!, la emoción del momento fue tan grande que no supe controlarla y le estampé un beso en la boca, al principio ella intentó retirarse pero a los dos segundos se dió por vencida y se dejo llevar. Yo sabía que jamás podría soportar su sufrimiento sumado al mío porque yo no soy tan fuerte como ella, también sabía que tenía que hacer algo para que pudiésemos estar juntas y era consciente de las dificultades, era como luchar contra un maremoto. Sin embargo, sabía que debía haber una alternativa, siempre la hay. Y como he dicho antes, yo jamás podría soportar su sufrimiento sumado al mío, si fuese sólo el mío, quizás, pero el suyo me pesaba más así que no tenía otra opción, le prometí que lo solucionaría.
Ella tenía un hermano mayor, llamado Alí. Yo sabía desde hace tiempo que le gustaba, había captado todas y cada una de sus indirectas, él era un chico majo a pesar de todos los prejuicios que se suele tener sobre los chicos marroquíes. Era muy tranquilo, y bastante inteligente, aparte de empollón, el defendió a su hermana conmigo cuando empezaron a meterse con ella, siempre que ella estaba triste el también, era un cielo, pero no mi tipo, aún así le devolví sus mismas indirectas y empezamos a salir, yo sabía que era el único modo de estar junto a ella, que si estaba de alguna otra manera su familia se terminaría dando cuenta, y que ella no quería ser rechazada por ellos, pero tampoco soportaría ser sólo mi amiga, y por supuesto yo lo aguantaría menos. Así que su hermano y yo empezamos a salir, pero lo que no sabíamos es que en ese momento la parte más difícil llegaría, los padres de Abda y Ali me aceptaron, pero los míos no aceptaron a Ali, cuando se lo dije salieron a la luz todos sus prejuicios, que si sería un machista, que si sería un irresponsable, que yo terminaría teniendo cuatro hijos y sin carrera universitaria, que yo no quería ser tratada como una de sus mujeres, que terminaría sin poder salir sola a la calle y reprimida, que no podían tener una mentalidad liberal, que si su hermana no me había dicho que aquello era una locura es que no era una amiga de verdad; si durante toda la charla me había estado moviendo la lengua pensé que ya era hora de soltarla, les grite en la cara la pura verdad que no me había atrevido todavía a decirles, que no sabían ser tolerantes, que ellos no le conocían, que yo era incapaz de dejarme mangonear por nadie, que ya era lo suficiente mayor como para tomar mis decisiones y que ellos tendrían que comprenderme, les eché en cara lo hipócritas que eran al decir que debemos respetar a todo el mundo, y luego no dejarme salir con un musulmán porque era musulmán. Aquella misma noche me castigaron porque me dejé la cocina sin barrer y me tocaba a mí, demasiada casualidad, cuando jamás me habían castigado por algo así. Pronto empezaron a caer castigos injustos que jamás habían estado allí. Mi novio se lo comentó a sus padres, pero ninguno de los dos esperamos su respuesta.
Al día siguiente mi casa estaba llena de pintadas por afuera, en todas ellas ponía la misma frase: “Putos españoles racistas”. Al llegar del instituto el pánico inundó mi rostro, dejándolo de un color blanco marfil. Mis padres estuvieron a punto de telefonear a la policía, cuando en mi casa llamaron a la puerta, era Alí que quería hablar con ellos y conmigo, cayó de rodillas ante mí llorando, y dijo que lo sentía mucho, que él no tenía nada que ver y que se avergonzaba de lo que su familia había hecho, y que entendía perfectamente que yo quisiera dejar lo nuestro, en ese momento me sentí tremendamente culpable, yo lo estaba utilizando y él sufriendo por mí, mis valores se habían trastocado, solo pensé en mi y en Abda, en ningún momento pensé en él, en ningún momento se me ocurrió ponerme en su lugar, pero aún así no podía vivir sin Abda, era una lucha por mi propia supervivencia y para sobrevivir a veces hace falta ser egoísta. Tras eso me agaché y le abrace, mis padres malinterpretando mi gesto, por fin le aceptaron; querían que yo fuese feliz.
Empecé mi alocada historia de amor adolescente en secreto con Abda, así seguimos unos años, escondiéndonos de su familia y de mi novio, hasta que terminamos bachillerato y me case con Alí, poco tiempo después los tres nos mudamos a Francia a estudiar en la universidad. Alí y yo éramos como hermanos, pero nada más, después de tanto tiempo él conocía hasta el más minúsculo detalle de mi personalidad, igual que Abda.
Una semana después de que llegáramos allí él habló conmigo, el ya sabía que su hermana y yo estábamos enamoradas, llevaba sospechándolo desde que empezamos a salir, pero tenía la esperanza de que algún día él pudiera ocupar su lugar, sus sospechas no le quedaron confirmadas hasta que escuchó una de nuestras discusiones, antes de nuestra boda. A pesar de eso, él quería a Abda y me quería a mí, y también quería que fuéramos felices la una con la otra, el sabía que yo amaba a Abda, y que la única forma que tenía de estar con ella era mediante él, también sabía que yo jamás iba a ser feliz con él, que le tenía cariño, pero sólo como hermano, así que decidió mudarse a otra casa, y nos dejó vivir nuestra vida, aunque oficialmente estuviera casada con él, y también a ojos de su familia.
A pesar de su imprevista mudanza seguíamos en contacto y nos veíamos en la universidad, se convirtió en mi cuñado y nuestro mejor amigo, pero siempre que miraba sus ojos tristes, se me hacía un nudo en la garganta.
¿Cómo había podido llegar a ser tan insensible y haberle hecho sufrir tanto?
No lo sabía, pero estaba segura de que tendría que cargar con esa culpa durante toda mi vida. Era el precio de mi supervivencia.
Raquel Delgado Beiroa 1º Bach CNT
SLAVE
Introduction:
This is our story, the story of me and my girlfriend, full of prejudices, full of fears, full of insecurities and of a certain rebellious spirit too.
By the way, I'm Carolina, my girlfriend is Abda, and his brother is Ali.
This is a story that proves that love is love. No matter what the country is, skin color or gender. Because love always remains.
This was the year I entered the 4th course os secondary school, the first day.
While we were waiting to enter the class, I noticed a dark-haired girl wearing a headscarf. She had also noticed me, and there we stayed for two long seconds until she smiled at me. That girl, Abda, was a Muslim who had come from Morocco just a year ago.
All those people who are different from what society dictates will be marginalized, I know this is not written in any statute or anything like that, but it is a universal law, that is, it's always true. However, I had very deep ethics and values , and I was not going to let anyone trample it, so when they started to mess with her I was there, holding out his hand, I would not leave her, no one else appart from me had stopped to think for all that it had happened in that moment, being new to this country with a pretty big culture shock, coming in a boat from Morocco because there she hadn't anything to eat and meeting to a society in which the prevailing law is the minimum effort, and "I'm cool because my future is more settled than yours, because it just cost me to get where I am." How could feel four stupid brats superior to her, who was here, speaking Spanish just after a year living in Spain, studying as she could in the morning and helping their parents shop in the afternoon? And no one else thought of it. Why are we in a society so stupid, egocentric and superficial? Why we pick on her due to the way she dresses and speaks? Why she simply believed in Islam and the boys teased her and treated her like a servant? She was sure she was worth more than that, much more indeed, so I defended her, from everybody and started being friends, at first she was very quiet, but because of my character I usually talk up to the curtains, so she soon opened to me, and soon we knew each other. And from that moment, at all times, we respected each other.
She was beautiful to me, was so innocent, so small, so delicate but strong, and so mature at the same time, that I was totally enthralled, she fascinated me with her laughter. Her happiness produced an endless thousand smiles from me. What I did not know was that she saw me in the same way, I did not realize the damage and confusion she felt being a slave of her culture until later. During the time he was without me, I saw her dull and lifeless, but the more I tried to approach her, the more she avoided me.
So, tired of waiting I got angry and went on my own for a time, or at least I tried, but I knew I was addicted to her smile, and I could not live without her, there were some missing pieces of me.
One day as I left the toilet, she entered, her tears continued its downward journey as two mighty rivers that run through a valley succumbing to gravity, and she began to explain the reason for her strange distance to me.
During those five minutes I felt, confusion, joy, excitement, sadness and determination, all at once. The whole thing was fascinating, she was saying to me that she loved me and it was something I wanted to hear almost since the day we first met. At that moment I knew I could not let her escape, I could not let our love stop, no matter how difficult it was, she had to be with me and vice versa, fight and vanquish the gravity before letting her go. She loved me as much as I loved her!, the emotion of the moment was so great that I did not control myself and stamped him a kiss on the mouth, at first she tried to withdraw but in two seconds she surrendered and let it go. I knew she could never bear her suffering added to mine because I'm not as strong as she. I also knew I had to do something for us to be together and I was aware of the difficulties, it was like fighting a tidal wave. However, I knew that there should be an alternative. And as I said before, I could never bear their suffering in addition to mine, if only my own, perhaps, but hers was heavier, so I had no choice, I promised I would solve it.
She had an older brother named Ali. I knew a long time before that he liked me I, had caught each and every one of his hints, he was a nice guy despite all the prejudices that tend to be about Moroccan boys. He was very quiet, and quite intelligent, apart from a nerd, and he defended his sister with me when those boys started to mess with her, whenever she was sad too, he was very kind, but not my type, yet I returned him his own indirects and started going out together, I knew it was the only way to be with her, otherwise his family would end up realizing, and that she didn't want to be rejected by them, nor bear to be just my friend, and of course I would endure it less. So, her brother and I started dating, but we did not know at that time that the most difficult part would arrive, the parents of Ali and Abda accepted me, but mine did not accept Ali, when I told them all their prejudices came to light, that he would be an intolerant male, that he would be irresponsible, that I would end up having four children and no college education, that I did not deserve to be treated as one of the women who end up unable to go to the street alone because they are repressed, that I could not have a liberal mind, that if his sister had told me that I was crazy is that she was a true friend,..., etc . During all the talk I had been stopping my tongue I thought it was time to start speaking , and I screamed in their face the truth that I had not yet dared to say, and I told them that they could not be tolerant, that they did not know him, that nobody could bully me, that I was already old enough to make my decisions and that they would have to understand me, I told them how hypocrites they were saying that we should respect everyone, if they didn't let me out with a Muslim simply because he was Muslim. That same night I was punished because I left the kitchen without sweeping and it was my turn, when I had never been punished for something. they soon began to put on me unjust punishments that I had never received before. My boyfriend told his parents, but none of us waited for a reply.
The next day my house was full of graffiti on the outside, all of them with the same phrase: "Hustler Spanish racists." When I got home from school panic flooded my face, leaving a white face like ivory. My parents were on the verge telephoning the police in my house when the doorbell rang, it was Ali who wanted to talk to them and me, he fell on his knees in front of me crying, and said he was sorry but he wasn't involved in the graffiti affair and he was ashamed of what his family had made, and he understood perfectly well that I wanted to leave him. But at that moment I felt terribly guilty, I was using him and he was suffering for me, my values had been upset, I just thought in Abda and me, and in no moment I thought about her, at no time I put myself in their place, but I still could not live without Abda, it was a struggle for my own survival, and surviving at times is selfish. After that I ducked and I hugged him, and my parents, misreading my expression finally accepted him, they wanted me to be happy.
I started my crazy story of adolescent love in secret with Abda and still a few years, hiding from her family and my boyfriend, until we finished high school and I married to Ali, we had three soon after we moved to France to study at university . Ali and I were like brothers, but nothing else, after all this time he knew even the tiniest detail of my personality, like Abda.
A week after we got there he talked with me, knew that her sister and I were in love, he had been suspecting since we started dating, but I hoped that someday he could take his sister's place. His suspicions were not confirmed until he heard one of our discussions, prior to our wedding. Despite that, he loved to Abda and loved me, and he also wanted us to be happy with each other, he knew I loved Abda, and that the only way he had of being with her was through him. He also knew I would never be happy with him, I was fond of him, but only as a brother, so he decided to move to another house, and let us live our lives, although officially I was married to him, and also to the eyes of family.
Despite his unexpected move we were still in contact and we were in college. He became my brother in law and our best friend, but always I looked at his sad eyes, I felt a lump in the throat.
How could I become so insensitive and made him suffer so much?
I did not know, but I was sure I would have to carry that guilt all my life. It was the price of my survival.
Raquel Delgado Beiroa Bach CNT 1
Introducción:
Esta es nuestra historia, la historia mía y de mi novia, llena de prejuicios, llena de miedos, llena de inseguridades y también de cierta rebeldía.
Por cierto, yo soy Carolina, mi novia Abda, y su hermano Alí.
Esta es una historia que demuestra que el amor, es el amor. No importa el país, el color o el sexo. Porque seguirá siendo amor.
Esto ocurrió el año que entré en 4º de E.S.O., el primer día.
Mientras estábamos esperando para entrar en clase, me fijé en una chica morena que llevaba puesto un velo en la cabeza. Ella también se había fijado en mí, y allí nos quedamos las dos por un largo segundo hasta que le sonreí. Esa chica, Abda, era una musulmana que había inmigrado desde Marruecos hacía tan sólo un año.
Todo el que sea diferente a lo que dicta la sociedad será marginado, ya sé que no está escrito en ningún estatuto ni nada de eso, pero es una ley universal, es decir, siempre se cumple. Sin embargo, yo tenía una ética y unos valores muy profundos, y no pensaba dejar que nadie los pisoteara, así que cuando empezaron a meterse con ella yo estaba allí, tendiéndole la mano, no pensaba dejarla, nadie más que yo se había parado a pensar por todo lo que ella pasaba en ese momento, al ser nueva en este país con un choque cultural bastante grande, haber venido en una patera desde Marruecos por que allí no tenía que comer y encontrarse con una sociedad en la que la ley imperante es la del mínimo esfuerzo, y “soy más guay porque tengo el futuro solucionado, porque apenas me ha costado llegar hasta donde estoy”. ¿Cómo podían sentirse más que ella cuatro niñatos, que ella, que estaba aquí, hablando español aunque tan solo llevara un año viviendo en España, estudiando como podía por las mañanas y ayudando a sus padres en la tienda por la tarde? Y nadie más que yo pensaba en ello. ¿Por qué estamos inmersos en una sociedad tan estúpida, egocéntrica y superficial? ¿Por qué se metían con ella por su forma de vestir y de hablar? ¿Por qué simplemente si creía en el Islam los chicos ya le tomaban el pelo y la trataban como una sirvienta? Estaba segura de que ella valía más que eso, muchísimo más, así que la defendí, la defendí de todo el mundo y empezamos a ser amigas, al principio era muy callada, pero mi carácter hace hablar hasta a las cortinas, así que pronto se abrió, y pronto sabíamos todo la una de la otra. En poco tiempo ya la conocía. En todo momento nos respetamos.
Ella era hermosa para mí, era tan inocente, tan pequeña, tan delicada aunque fuerte, y tan madura a la vez, me tenía totalmente cautivada, me embobaba con su risa. Su felicidad arrancaba de mil sonrisas infinitas. Lo que yo no sabía es que ella me veía de la misma manera, el daño y la confusión que sintió siendo esclava de su cultura no lo comprendí hasta más tarde. Durante el tiempo que no estuvo conmigo la vi apagada y sin vida, pero cuanto más intentaba yo acercarme a ella, mas me rehuía.
Entonces cansada de esperar me enfadé y seguí por mi propio camino durante un tiempo, o al menos eso intenté, sin embargo yo sabía que era adicta a su sonrisa, y que sin ella no podría vivir, faltaban trocitos de mí.
Un día mientras salía del servicio, entró ella, sus lágrimas seguían su recorrido hacia bajo como dos ríos caudalosos que discurren por su valle sucumbiendo ante la fuerza de la gravedad, y empezó a explicarme la razón de su distanciamiento.
Durante esos cinco minutos experimenté, confusión, alegría, fascinación, tristeza y determinación, todo a la vez. Todo aquello era fascinante, me estaba diciendo que me quería, algo que llevaba deseando escuchar prácticamente desde el día que la conocí. En ese momento, supe que no podía dejarla escapar; que no podía dejar que nuestro amor se detuviera, que no importa cuán difícil fuera, ella tenía que estar junto a mí y viceversa, lucharía y vencería a la gravedad antes de dejarla ir, ¡Me quería tanto como yo la quería a ella!, la emoción del momento fue tan grande que no supe controlarla y le estampé un beso en la boca, al principio ella intentó retirarse pero a los dos segundos se dió por vencida y se dejo llevar. Yo sabía que jamás podría soportar su sufrimiento sumado al mío porque yo no soy tan fuerte como ella, también sabía que tenía que hacer algo para que pudiésemos estar juntas y era consciente de las dificultades, era como luchar contra un maremoto. Sin embargo, sabía que debía haber una alternativa, siempre la hay. Y como he dicho antes, yo jamás podría soportar su sufrimiento sumado al mío, si fuese sólo el mío, quizás, pero el suyo me pesaba más así que no tenía otra opción, le prometí que lo solucionaría.
Ella tenía un hermano mayor, llamado Alí. Yo sabía desde hace tiempo que le gustaba, había captado todas y cada una de sus indirectas, él era un chico majo a pesar de todos los prejuicios que se suele tener sobre los chicos marroquíes. Era muy tranquilo, y bastante inteligente, aparte de empollón, el defendió a su hermana conmigo cuando empezaron a meterse con ella, siempre que ella estaba triste el también, era un cielo, pero no mi tipo, aún así le devolví sus mismas indirectas y empezamos a salir, yo sabía que era el único modo de estar junto a ella, que si estaba de alguna otra manera su familia se terminaría dando cuenta, y que ella no quería ser rechazada por ellos, pero tampoco soportaría ser sólo mi amiga, y por supuesto yo lo aguantaría menos. Así que su hermano y yo empezamos a salir, pero lo que no sabíamos es que en ese momento la parte más difícil llegaría, los padres de Abda y Ali me aceptaron, pero los míos no aceptaron a Ali, cuando se lo dije salieron a la luz todos sus prejuicios, que si sería un machista, que si sería un irresponsable, que yo terminaría teniendo cuatro hijos y sin carrera universitaria, que yo no quería ser tratada como una de sus mujeres, que terminaría sin poder salir sola a la calle y reprimida, que no podían tener una mentalidad liberal, que si su hermana no me había dicho que aquello era una locura es que no era una amiga de verdad; si durante toda la charla me había estado moviendo la lengua pensé que ya era hora de soltarla, les grite en la cara la pura verdad que no me había atrevido todavía a decirles, que no sabían ser tolerantes, que ellos no le conocían, que yo era incapaz de dejarme mangonear por nadie, que ya era lo suficiente mayor como para tomar mis decisiones y que ellos tendrían que comprenderme, les eché en cara lo hipócritas que eran al decir que debemos respetar a todo el mundo, y luego no dejarme salir con un musulmán porque era musulmán. Aquella misma noche me castigaron porque me dejé la cocina sin barrer y me tocaba a mí, demasiada casualidad, cuando jamás me habían castigado por algo así. Pronto empezaron a caer castigos injustos que jamás habían estado allí. Mi novio se lo comentó a sus padres, pero ninguno de los dos esperamos su respuesta.
Al día siguiente mi casa estaba llena de pintadas por afuera, en todas ellas ponía la misma frase: “Putos españoles racistas”. Al llegar del instituto el pánico inundó mi rostro, dejándolo de un color blanco marfil. Mis padres estuvieron a punto de telefonear a la policía, cuando en mi casa llamaron a la puerta, era Alí que quería hablar con ellos y conmigo, cayó de rodillas ante mí llorando, y dijo que lo sentía mucho, que él no tenía nada que ver y que se avergonzaba de lo que su familia había hecho, y que entendía perfectamente que yo quisiera dejar lo nuestro, en ese momento me sentí tremendamente culpable, yo lo estaba utilizando y él sufriendo por mí, mis valores se habían trastocado, solo pensé en mi y en Abda, en ningún momento pensé en él, en ningún momento se me ocurrió ponerme en su lugar, pero aún así no podía vivir sin Abda, era una lucha por mi propia supervivencia y para sobrevivir a veces hace falta ser egoísta. Tras eso me agaché y le abrace, mis padres malinterpretando mi gesto, por fin le aceptaron; querían que yo fuese feliz.
Empecé mi alocada historia de amor adolescente en secreto con Abda, así seguimos unos años, escondiéndonos de su familia y de mi novio, hasta que terminamos bachillerato y me case con Alí, poco tiempo después los tres nos mudamos a Francia a estudiar en la universidad. Alí y yo éramos como hermanos, pero nada más, después de tanto tiempo él conocía hasta el más minúsculo detalle de mi personalidad, igual que Abda.
Una semana después de que llegáramos allí él habló conmigo, el ya sabía que su hermana y yo estábamos enamoradas, llevaba sospechándolo desde que empezamos a salir, pero tenía la esperanza de que algún día él pudiera ocupar su lugar, sus sospechas no le quedaron confirmadas hasta que escuchó una de nuestras discusiones, antes de nuestra boda. A pesar de eso, él quería a Abda y me quería a mí, y también quería que fuéramos felices la una con la otra, el sabía que yo amaba a Abda, y que la única forma que tenía de estar con ella era mediante él, también sabía que yo jamás iba a ser feliz con él, que le tenía cariño, pero sólo como hermano, así que decidió mudarse a otra casa, y nos dejó vivir nuestra vida, aunque oficialmente estuviera casada con él, y también a ojos de su familia.
A pesar de su imprevista mudanza seguíamos en contacto y nos veíamos en la universidad, se convirtió en mi cuñado y nuestro mejor amigo, pero siempre que miraba sus ojos tristes, se me hacía un nudo en la garganta.
¿Cómo había podido llegar a ser tan insensible y haberle hecho sufrir tanto?
No lo sabía, pero estaba segura de que tendría que cargar con esa culpa durante toda mi vida. Era el precio de mi supervivencia.
Raquel Delgado Beiroa 1º Bach CNT
SLAVE
Introduction:
This is our story, the story of me and my girlfriend, full of prejudices, full of fears, full of insecurities and of a certain rebellious spirit too.
By the way, I'm Carolina, my girlfriend is Abda, and his brother is Ali.
This is a story that proves that love is love. No matter what the country is, skin color or gender. Because love always remains.
This was the year I entered the 4th course os secondary school, the first day.
While we were waiting to enter the class, I noticed a dark-haired girl wearing a headscarf. She had also noticed me, and there we stayed for two long seconds until she smiled at me. That girl, Abda, was a Muslim who had come from Morocco just a year ago.
All those people who are different from what society dictates will be marginalized, I know this is not written in any statute or anything like that, but it is a universal law, that is, it's always true. However, I had very deep ethics and values , and I was not going to let anyone trample it, so when they started to mess with her I was there, holding out his hand, I would not leave her, no one else appart from me had stopped to think for all that it had happened in that moment, being new to this country with a pretty big culture shock, coming in a boat from Morocco because there she hadn't anything to eat and meeting to a society in which the prevailing law is the minimum effort, and "I'm cool because my future is more settled than yours, because it just cost me to get where I am." How could feel four stupid brats superior to her, who was here, speaking Spanish just after a year living in Spain, studying as she could in the morning and helping their parents shop in the afternoon? And no one else thought of it. Why are we in a society so stupid, egocentric and superficial? Why we pick on her due to the way she dresses and speaks? Why she simply believed in Islam and the boys teased her and treated her like a servant? She was sure she was worth more than that, much more indeed, so I defended her, from everybody and started being friends, at first she was very quiet, but because of my character I usually talk up to the curtains, so she soon opened to me, and soon we knew each other. And from that moment, at all times, we respected each other.
She was beautiful to me, was so innocent, so small, so delicate but strong, and so mature at the same time, that I was totally enthralled, she fascinated me with her laughter. Her happiness produced an endless thousand smiles from me. What I did not know was that she saw me in the same way, I did not realize the damage and confusion she felt being a slave of her culture until later. During the time he was without me, I saw her dull and lifeless, but the more I tried to approach her, the more she avoided me.
So, tired of waiting I got angry and went on my own for a time, or at least I tried, but I knew I was addicted to her smile, and I could not live without her, there were some missing pieces of me.
One day as I left the toilet, she entered, her tears continued its downward journey as two mighty rivers that run through a valley succumbing to gravity, and she began to explain the reason for her strange distance to me.
During those five minutes I felt, confusion, joy, excitement, sadness and determination, all at once. The whole thing was fascinating, she was saying to me that she loved me and it was something I wanted to hear almost since the day we first met. At that moment I knew I could not let her escape, I could not let our love stop, no matter how difficult it was, she had to be with me and vice versa, fight and vanquish the gravity before letting her go. She loved me as much as I loved her!, the emotion of the moment was so great that I did not control myself and stamped him a kiss on the mouth, at first she tried to withdraw but in two seconds she surrendered and let it go. I knew she could never bear her suffering added to mine because I'm not as strong as she. I also knew I had to do something for us to be together and I was aware of the difficulties, it was like fighting a tidal wave. However, I knew that there should be an alternative. And as I said before, I could never bear their suffering in addition to mine, if only my own, perhaps, but hers was heavier, so I had no choice, I promised I would solve it.
She had an older brother named Ali. I knew a long time before that he liked me I, had caught each and every one of his hints, he was a nice guy despite all the prejudices that tend to be about Moroccan boys. He was very quiet, and quite intelligent, apart from a nerd, and he defended his sister with me when those boys started to mess with her, whenever she was sad too, he was very kind, but not my type, yet I returned him his own indirects and started going out together, I knew it was the only way to be with her, otherwise his family would end up realizing, and that she didn't want to be rejected by them, nor bear to be just my friend, and of course I would endure it less. So, her brother and I started dating, but we did not know at that time that the most difficult part would arrive, the parents of Ali and Abda accepted me, but mine did not accept Ali, when I told them all their prejudices came to light, that he would be an intolerant male, that he would be irresponsible, that I would end up having four children and no college education, that I did not deserve to be treated as one of the women who end up unable to go to the street alone because they are repressed, that I could not have a liberal mind, that if his sister had told me that I was crazy is that she was a true friend,..., etc . During all the talk I had been stopping my tongue I thought it was time to start speaking , and I screamed in their face the truth that I had not yet dared to say, and I told them that they could not be tolerant, that they did not know him, that nobody could bully me, that I was already old enough to make my decisions and that they would have to understand me, I told them how hypocrites they were saying that we should respect everyone, if they didn't let me out with a Muslim simply because he was Muslim. That same night I was punished because I left the kitchen without sweeping and it was my turn, when I had never been punished for something. they soon began to put on me unjust punishments that I had never received before. My boyfriend told his parents, but none of us waited for a reply.
The next day my house was full of graffiti on the outside, all of them with the same phrase: "Hustler Spanish racists." When I got home from school panic flooded my face, leaving a white face like ivory. My parents were on the verge telephoning the police in my house when the doorbell rang, it was Ali who wanted to talk to them and me, he fell on his knees in front of me crying, and said he was sorry but he wasn't involved in the graffiti affair and he was ashamed of what his family had made, and he understood perfectly well that I wanted to leave him. But at that moment I felt terribly guilty, I was using him and he was suffering for me, my values had been upset, I just thought in Abda and me, and in no moment I thought about her, at no time I put myself in their place, but I still could not live without Abda, it was a struggle for my own survival, and surviving at times is selfish. After that I ducked and I hugged him, and my parents, misreading my expression finally accepted him, they wanted me to be happy.
I started my crazy story of adolescent love in secret with Abda and still a few years, hiding from her family and my boyfriend, until we finished high school and I married to Ali, we had three soon after we moved to France to study at university . Ali and I were like brothers, but nothing else, after all this time he knew even the tiniest detail of my personality, like Abda.
A week after we got there he talked with me, knew that her sister and I were in love, he had been suspecting since we started dating, but I hoped that someday he could take his sister's place. His suspicions were not confirmed until he heard one of our discussions, prior to our wedding. Despite that, he loved to Abda and loved me, and he also wanted us to be happy with each other, he knew I loved Abda, and that the only way he had of being with her was through him. He also knew I would never be happy with him, I was fond of him, but only as a brother, so he decided to move to another house, and let us live our lives, although officially I was married to him, and also to the eyes of family.
Despite his unexpected move we were still in contact and we were in college. He became my brother in law and our best friend, but always I looked at his sad eyes, I felt a lump in the throat.
How could I become so insensitive and made him suffer so much?
I did not know, but I was sure I would have to carry that guilt all my life. It was the price of my survival.
Raquel Delgado Beiroa Bach CNT 1
UN CAMINO DIFICIL. PETAR STEFANOV ATANASOV 1º BCS
Había una vez un mono que vivía en una jungla húmeda y abundante en alimentos y toda clase de animales. Todos vivían en armonía hasta que un día unos gorilas llegaron y se hicieron dueños de la jungla a la fuerza. Estos gorilas se llevaron la comida y quemaron el poblado. Muchos animales perdieron la vida a causa de las enormes llamas y el espeso humo.
El mono sobrevivió de milagro, pero lo había perdido todo: hogar, familia, amigos...Estaba solo y andaba perdido. Se sentó al suelo y empezó a pensar. “Debo sobrevivir”, se decía, “debo empezar de nuevo en otro lugar”. Se levantó y empezó un largo viaje hacia el norte. “Se vive mejor allí”-se volvió a repetir.
Con escasos alimentos, con muchas horas sin poder dormir, pasando por tierra y por mar, huyendo de perseguidores, por fin llegó a un lugar que parecía estar bien – el bosque.
El bosque era un lugar tranquilo, con muchos árboles, diferentes animales y abundante comida. Había un río, lugares soleados y buenas sombras donde se podía descansar: era el lugar perfecto.
El mono, impresionado, se echó a llorar de alegría. Tanto viaje le había agotado pero al final había valido la pena. Se secó las lágrimas y rápidamente se puso a buscar comida.
Encontró un lugar ideal para comer y descansar.
El mono con su barriga llena, se echó a descansar. De repente, una voz fuerte y grave gritó:
-¡Maldito intruso! ¿Qué haces tú en mi territorio?
Era la voz de un oso, grande y furioso, que enseñaba los dientes.
El mono asustado echó a correr y el furioso oso tras él. El oso no tardó mucho en atrapar al mono dado que este estaba bastante flacucho.
-¡Ahora vas a ver!. ¡Te voy a despedazar!. ¡Vas a morir bicho raro, asqueroso! - amenazaba el oso.
-No por favor, tenga piedad de mi –respondió el mono llorando – yo no sabia que éste era vuestro territorio.
-¡No hay perdón!. ¡Acabaré contigo! - contestó con aun más rabia el oso.
-¡Alto ahí!-se escuchó una voz de fondo.
El oso giró la cabeza y vio a un viejo lobo acercarse despacio.
-¡Suelta al mono y déjalo en paz!-dijo con una voz firme el viejo lobo.
-¿Por qué no me obligas?-le contestó el oso con una voz burlesca.
El viejo lobo sacó los dientes y con un gran salto mordió al oso en la garganta.
Después de un buen rato luchando, el viejo lobo consiguió que su enemigo abandonara. Herido de muerte y sangrando, se tumbó al suelo.
El pobre mono corrió en ayuda.
-¿Está usted bien? ¿Por qué hizo esto? Yo se lo agradezco pero...
-Shsssh...-le dijo el lobo-demasiadas preguntas. Yo lo único que hice era ser fiel a mis principios. El fuerte ha nacido fuerte con el fin de proteger al débil, no parea abusar de él. Sigue este camino que ves. Ahí encontrarás mi casa. Es tuya. Rehaz tu vida y sé feliz.
Con estas últimas palabras, el lobo murió.
El mono, agradecido, le hizo una tumba y le enterró.
CONCLUSIONES:
Nadie elige ni es culpable de dónde nace.
Lo que hay que hacer es tener empatía y ayudar al necesitado provenga de donde provenga.
LA CANCHA
Salió el chico con sus compañeros de su colegio para jugar al fútbol en su cancha favorita, que se situaba a las afueras del pueblo. En esa cancha solían jugar desde que era pequeños. La cancha no era muy grande: era sencilla y siempre estaba sola.
Cuando llegaron, la pista no estaba sola, en ella estaba jugando un grupo de chicos negros; se quedaron parados y no sabían qué hacer.
Unos de los chicos pensó que podían avisar a sus padres para que los echaran: pero ningún padre hizo caso a sus hijos por semejante tontería. Otro pensó que podrían pegarle una paliza para que aprendieran la lección: pero cuando se acercaron se dieron cuenta de que eran más fuerte y más altos que ellos. Al no haber otra solución se fueron a otro cancha para jugar, pero ésta no era la misma que la anterior; aún así, se conformaron.
Pasaron las horas, los días, y las semanas; pasó tanto tiempo que la añoraron y decidieron echar un partido contra los negros para decidir quién se iba a quedar con la cancha. Terminó el partido con la victoria del grupo de los negros, y los chavales tristes y acongojados pidieron una revancha. Sin embargo, no le valió de mucho porque les volvieron a ganar.
Esto se repitió durante muchas semanas y los chavales se dieron cuenta de que se divertían jugando con ellos, y se olvidaron de los prejuicios y se hicieron amigos.
Rubén Lopez Cabello 1º CN
The boy left the house with his school mates to play football in their favourite pitch, which was just outside the village. In that place they used to play since they were children. The pitch was not very big: it was simple and it was always empty.
When they arrived, the place was not alone, there were a group of black kids playing there, so they stood there, guessing what to do.
One of the boys thought they could tell their parents so that they threw the black boys out: but none of the parents took their children seriously. Another boy thought they could fight them in order to teach them a lesson: but when they came near them, they realized that the black boys were stronger and taller than them. Since no other solution was possible, they left for another place to play, but this was not the same as the other. Finally, they resigned.
Hours, days and weeks passed; it passed spent such a long time that they decided to take a game against blacks to decide who was going to stay with the pitch. The match finished with the victory of the group of black boys and sad and heartbroken, the kids asked for a revenge game. However, it didn't work much because they won again.
This was repeated for weeks and in the end, the kids realized that they enjoyed playing with them, and they forgot about the prejudices and became friends.
La historia de Aisha. Claudia Díaz - 1ºBCN
“Te quiero.”
Casi le gustaría gritar pero simplemente se limitó a sonreír y a mirar a su hijo.
Estas fueron las últimas palabras que Aicha escucho de su boca con tan solo 3 años antes de marchar hacia España.
Aicha es musulmana, tiene ya casi 31 años y ha sido una soñadora toda su vida. Hay instantes en que todo le parece posible y cree que todo puede cambiar, pero ya no hay marcha atrás. Ha llegado a España con poca cosa en su maleta y con un único objetivo: buscar un futuro mejor para su hijo. Tiene muchos miedos e inquietudes, y hay una cosa que siente sobre todas las demás, y es la añoranza a su país. Además se enfrenta a muchas nuevas situaciones y problemas que afrontar.
La primera dificultad con la que se enfrenta es el idioma, debe aprender español lo más rápido posible para poder desenvolverse y sobre todo para poder buscar un trabajo. Mientras tanto se está quedando con una vieja amiga de la familia que lleva ya 20 años en Málaga, aunque en realidad solo vino para un par de años. Esta amiga es una gran ayuda para Aicha, la orienta y le indica dónde puede acudir para que le asesoren, como le hubiera gustado a ella que la ayudasen.
Poco tiempo después, el idioma deja de ser un problema, ahora se enfrenta única y exclusivamente a los prejuicios de la gente que la rodea. Al estar sin papeles, a pesar de ser una mujer con estudios, pronto se da cuenta que sólo podrá acceder a trabajos en los que no le exijan cualificación, no le hagan contrato y no le paguen lo que le corresponde. Sabe que no debería ser así, pero le da igual, ha venido a trabajar y no le importa trabajar en lo que sea con tal de mandar dinero a su hijo del que tanto se acuerda. Cada instante se pregunta si hizo bien en dejarlo en su país con su madre. Sabe que ya está muy mayor y no sabe cuánto tiempo se podrá seguir haciendo cargo de él.
Unos días después Aisha es puesta en contacto con una persona por teléfono. Se trata de una persona mayor, que necesita un poco de ayuda para las tareas de la vida diaria, pero sobre todo necesita compañía. Busca una persona interna, que puede llegar a ser como de la familia, que sienta que esa es también su casa y de la que se pueda fiar. La señora dice llamarse Carmen y ronda ya casi los setenta años.
La conversación por teléfono es estupenda, parecen que han conectado y se citan para ultimar detalles, pero Carmen no puede evitarlo, cuando la ve llegar por primera vez con su pañuelo, se desilusiona.
Carmen es una señora muy católica y respeta cualquier otra religión, pero bueno… nunca se plantearía meter en casa a una chica mulsumana. En el fondo desconfía de las costumbres que puedan tener. Sin embargo, hacen la entrevista, le cuenta toda su situación pero Aicha nota desde un principio que algo no va bien. Carmen decide decirle que ya la llamara si decide quedarse con ella, pero ya piensa en que tendrá que ponerse a buscar de nuevo y que incluso avisará desde un principio que no quiere mujeres extranjeras para ese trabajo.
Aicha queda encantada con Carmen, se da cuenta lo sola que está y le gustaría poder hacerle compañía y, por supuesto, necesita el trabajo y el dinero. Además, de interna, podría dejar de molestar a su amiga y podría mandar más dinero a su hijo. Pero Aisha ya tenía el presentimiento de que Carmen no llamaría.
Pasaron unas cuantas semanas y Carmen siguió buscando alguna buena mujer. Se entrevistó con varias chicas pero ninguna estaba dispuesta a acatar todas las condiciones que ella ponía. Se acordaba de Aicha y lamentaba que hubiera sido musulmana, era buena mujer y realmente estaba dispuesta a cumplir todas las exigencias de Carmen, pero no lo apetecía tener que convivir con alguien que reza a otro Dios, que pasa días sin comer…tampoco sabía muy bien cómo iba esa religión, pero, ¿qué más le daba no saberlo?
Aicha mientras tanto seguía buscando trabajo, sin éxito alguno. Se dio cuenta que su pañuelo era un problema, pero no podía renunciar a sus creencias. No lo entendía, la práctica de su religión no iba a interferir en su trabajo, ¿acaso ellos no siguen su religión? ¿Por qué no toleran la mía?
En el fondo a Aisha, Carmen le parece una buena mujer y se pregunta a menudo por ella. Una tarde, y sin pensárselo demasiado, decidió hacerle una visita. Cuando llegó allí pegó varias veces en el timbre y nadie contestaba. Una vecina que pasaba por allí le informó de que Carmen había sufrido un grave infarto y que se encontraba en el hospital.
Rápidamente decidió dirigirse al hospital para ver como se encontraba. Cuando llegó allí Carmen estaba llorando, llevaba casi dos días en el hospital y nadie había ido a visitarla. Cuando vio aparecer a Aisha la cara de Carmen se iluminó. Fue entonces cuando se dio que cuenta de que realmente Aisha no era tan distinta a ella aunque practicara otra religión. Había sentido una especie de conexión y entendió que nadie mejor que Aisha podría cuidarla a partir de ahora. Desde aquel entonces decidió mirar a Aisha con otros ojos, valorarla simplemente por lo que había dentro de su corazón.
CLAUDIA DÍAZ. 1º BACHILLERATO CN
AISHA´S HISTORY
"I love you."
She would like to scream but she just simply smiled and looked at his son.
These were the last words Aicha heard from her mouth when she was only 3 years before leaving to Spain.
Aicha is Muslim, she is almost 31 years old, and has been a dreamer all his life. There are moments when everything seems possible and she believes that everything can change, but there is no turning back. She has come to Spain with little in his suitcase and with a single objective: to look for a better future for her child. She has many fears and concerns, and feels there is one thing above all others, and this is the longing for his country. She also faces many new situations and problems.
The first difficulty she faces is the language, she learns Spanish as quickly as possible to cope with life and especially to get a job. Meanwhile, staying with an old family friend who has been for 20 years in Malaga, although originally she only came for a couple of years. This friend is of great help to Aicha, she offers her guidance and tells her where to look for advice, as she would have liked to be helped.
Shortly thereafter, the language ceases to be a problem, now she faces exclusively to the prejudices of the people around her. Being undocumented, despite being an educated woman, she soon realizes that you only can access to jobs that do not require qualifications, they do not contract her and they do not pay him his due wage. She knows it should not be so, but for her is the same, she has come to work and does not mind working on everything that is provided in order to send money to his beloved son. Every moment she wonders if she did well leaving him at home with her mother. She knows that she is very old and does not know how long she will be able to continue taking care of him.
A few days later Aisha is put into contact with a person on the phone. This is an older woman who needs a little help for the tasks of daily life, but above all, she needs company. Looking for an insider, who can become like a relative, and can feel that this is also her home and can be trusted.
The phone conversation is great, they seem to have connected and meet to finalize details, but Carmen could not help it, but when she sees Aicha arriving for the first time with her Muslim headscarf, she becomes disappointed.
Carmen is a Catholic lady and respects any other religion, but ... she would never plan to introduce in her home a muslim girl . Deep inside she distrusts of the customs they may have. However, she does the interview, she tells all her situation, but Aicha notices that something is wrong. Carmen decides to call her in the future if she decides to stay with her, but she is thinking in looking again and she willtake into account even from the beginning that she does not want a foreign woman for the job.
Aicha is pleased with Carmen, she realizes how lonely she is and wishes she could keep her company and, of course, she needs the work and money. Moreover, as a domestic housekeeper, she could stop bothering her friend and could send more money to her child. But Aisha already had a hunch that Carmen would not call her for the job.
After a few weeks Carmen went on looking for a good woman. Shee met with several girls but none was willing to fulfill all the conditions that Carmen indicated. Aicha remembered and regretted that she had been a Muslim, she was a good woman and was really ready to fulfill all the requirements of Carmen, but she felt like having to live with someone who prays to a different God, someone who goes spends days without eating ... she didn't know well how that religion was, but did she need to know that?
Aicha, in the meanwhile, was still looking for work, without any success. She realized that her scarf was a problem, but could not renounce to her beliefs. She did not understand that the practice of her religion could interfere in her work, didn't they follow their own different religion? Why they don't tolerate mine?
Despite all, to Aisha, Carmen seems a good woman and she often wonders how she will feel. One afternoon, without thinking too much, decided to visit him. When she got there, she knocked there at the door several times and nobody answered the bell. A neighbour walking by told her that Carmen had suffered a serious stroke and was in hospital.
She quickly decided to go to the hospital to see how she was. When she arrived there, Carmen was crying, she had been for two days in hospital and nobody had come to visit her. When she saw Aisha, Carmen's face brightened. It was then that she realized that Aisha was not really so different from her although they practiced different religions. She had felt a kind of connection and understood that Aisha could take care of her better than anyone from now onwards. Since then, she decided to look through different eyes to Aisha, and simply value what she felt in his heart.
EL RELATO DE DAICHÍ
Daichí era una persona sudafricana que, debido a los graves problemas de su país, no le quedó más remedio que emigrar a España. No tenia dinero para pagar un viaje, así que decidió embarcar en una patera con personas que tenían su mismo problema y partir hacia una nueva y esperanzadora vida. Dejó a su familia prometiéndoles que les mandaría dinero y que cuando las cosas fueran mejor regresaría; y así emprendió ese durísimo viaje.
El viaje fue uno de los peores momentos de su vida debido al hambre y la miseria, además de la perdida de muchos compañeros. Él y pocos más tuvieron la suerte de llegar con vida y apenas con tres prendas de ropa. Nada más llegar se despidió de sus compañeros y buscó un albergue donde dormir. Al día siguiente recorrió la ciudad entera en busca de cualquier trabajo.
Tuvo la suerte de encontrar uno en una obra. Daichí se lo tomó con con mucha ilusión; pero un pequeño percance que le quitó la alegría de golpe: en su nómina figuraba la mitad del sueldo de los demás trabajadores. Él preguntó a su jefe por qué su salario era tan reducido y éste se lo llevó a una esquina y le dijo en voz baja:
- Tú no mereces el mismo dinero que un trabajador español, “negro de mierda”.
Daichí no iba a permitir que tras todo lo que había sufrido para llegar ahí le humillaran de esa forma. De esta manera se puso en contacto con la Asociación Internacional de Trabajadores para remediarlo. En pocos días, un dirigente de la asociación se puso en contacto con él y remedió el asunto. El jefe de Daichí, fue suspendido del cargo y éste lo ocupó otro que estaba al corriente del asunto y le dio a Daichí el salario que le correspondía. A partir de ahí pudo iniciar una nueva vida.
ORIOL BAREA. 1º BACHILLERATO CS
Daichi's story
Daichi was a South African person. Due to the serious problems of his country, he had no choice but to emigrate to Spain. He had no money for a trip, so he decided to board on a small boat with people who had the same problem and he head off to a promising new life. He left his family promising to send them money and telling them that when things were better, he would be back, and so he began a hard trip.
The trip was one of the worst moments of his life, due to hunger and misery. In addition to this, he had to witness the death and loss of many comrades. He and a few others were lucky to arrive alive with only three items of clothing. Upon arrival he took leave of his companions and found a hostel to sleep. The next day he walked around the entire city looking for a job.
He was lucky to find one as a builder. Daichi accepted it with great enthusiasm, but a slight mishap happened that took his joy at once: on the payrollit was only included half the wage of other workers. He asked his boss why his salary was so small and this led him into a corner and said to him quietly:
- You do not deserve the same money as a Spanish worker "black shit."
Daichi was not going to allow that humiliating situation after all he had had to suffer to arrive there. Thus he came into contact with the International Workers Association to remedy it. Within days, a leader of the association contacted him and remedied the issue. Daichi's chief, was suspended from the office and in his place another came who was aware of the case and gave Daichi a right wage. From that moment, he could start a new life.
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